Friday, December 29, 2006

El asunto con mi barco



Tengo que soltar amarras si quiero navegar.



Mi barco llegó a puerto en una navidad y le gustó. Decidió que se quería quedar allí. Todo este tiempo estuvo en la fácil: nadie le decía que se fuera, pero tampoco estaba completamente dentro del puerto. Pero nadie le decía que se fuera.

Ahora mi barco se siente algo tonto por haberse quedado allí y se quiere ir. Pero no se anima a soltar las amarras, porque no sabe lo que se puede encontrar en el mar abierto.

La otra noche tuvimos una larga conversación y le dije que hiciera lo que el corazón le dictara. Es complicado eso de hablar con uno mismo, porque no nos decimos nada nuevo.

Digamos que mi barco me hizo caso y está haciendo un esfuerzo por salir del puerto, que dentro de todo, era bonito. No quiero que empiece a piratear, ni se tire a nadar con tiburones, pero hay millones de puertos en el mundo.

Emma.

Por cierto, quiería comentar que el otro día me encontré. Fue en una de esas películas que ves una y otra vez y la última vez te gusta más que la primera. Cuando estaba por empezar me repetí todos los nombres que usa él y me dije "y ella se llama Emma".

Monday, December 25, 2006

Feliz día del kiwi

El clima festivo parece un invento de las sociedades consumistas. Supongo que lo de dulce navidad se debe a los turrones, pan dulce y frutas secas. Uruguay es un país consumista, aunque se esfuerce por negarlo. Los arbolitos, las luces, los regalos, etc.

Entonces, llegan las doce, vuelan fuegos articiales, se brinda por la salud, dinero y amor y luego se abren los reglaos. ¿Qué queda para las familias que no tienen regalos, ni pueden brindar y lo más parecido a un fuego artificial que pueden ver es la bomba que estalla en la casa del vecino? La esperanza, el festejo por el nacimiento, por saber que Él está.

Aún así, los más ateos festejan la navidad. Todos se unen alrededor del arbolito y toman sidra, dicen feliz navidad y abren sus regalos. Pero cuando alguien menciona una cruz, o la misa de navidad, enseguida saltan con sus originales ideas acerca de las religiones y lo abierto de mentes que son ellos. Muy originales.

Hubiera sido más fácil, menos hipócrita y más respetuoso para los millones de creyentes y para los miles de millones de personas que murieron por esas creencias, nombrar un objeto cualquiera y festejar sobre eso.

Por eso el año que viene en lugar de decir “Feliz navidad” voy a decir con más sinceridad “Feliz día del Kiwi”. Si lo que importa es la sidra, los regalos y (a veces) la familia, entonces no es necesario usar una festividad religiosa para hacerlo.

Así que, a todos los creyentes, feliz navidad. Al resto, feliz día del kiwi y que hayan disfrutado de los regalos.

Emma.

Friday, December 15, 2006

La luz al final del tunel. Que, espero, no esté cerca



Había una vez. Antes me gustaban todos los cuentos que empezaban así. Traté muchas veces de escribir una novela cuando iba a la escuela. Por alguna razón siempre se llamaban “La isla del tesoro” o “El tesoro perdido”. Cuando escribí isla con h me di por vencida.

Mi juego favorito era En busca del tesoro. Con mis amigos hacíamos un mapa y escondíamos una baldosa (que era el tesoro) en un lugar que marcábamos con una x. Le poníamos tantas vueltas al mapa (que era del fondo de mi casa) que antes de encontrar el tesoro nos íbamos a tomar la leche. No sé que es de la vida de esos gurises.

Los varones siempre tienen fama de haraganes. Por algo Celio les decía que cuando faltaran a una clase pidieran el cuaderno a una compañera. En la escuela ese “compañera” no me incluía, porque en lugar de resolver las cuentas de matemáticas, hacía dibujitos. En las pruebas de lectura, los varones y yo éramos los que leíamos siempre la historia del bebe: dos párrafos. Las mujeres se esforzaban por aprender el arte de la lectura e intentaban con textos más largos. Esa es la raíz de mi poca feminidad.

Son terribles las historias de la escuela. Pero siendo justa, las del liceo son peores. Como las veces que nos aburríamos con la barra. Si estando bien éramos insoportables, aburridos era como para que nos echaron de cuatro lugares. Y así fue: El Indio (por rayar uno de los focos recién pintados de blanco con marcador negro… y después a borrarlo con corrector); la vereda de la comisaría (fue el mismo policía que nos sacó de El Indio); el puerto (A mis amigos se les dio por agredir a unas personas disfrazadas de indios); la plaza pública (por ponernos a jugar un picadito un domingo de tarde. Lo divertido era esquivar a la gente). Algo con los indios hay. No por nada vivo en el barrio Charrúa.

Tal vez sea menos vergonzoso contar la vez que me paré en un banco en clase de filosofía y me puse a cantar. Le agradezco profundamente a Martín que me enseñó como se toma el tequila. Y a Titi y Macu que dejaron a la vista las cartitas que nos mandábamos con ellas por los agujeros de la pared. La profesora se enteró. Estuve más cerca de la observación que la vez que rayé la foto de una compañera con señas como “Te doy una torta de chocolate” (la tipa es diabética).

Estando lejos de casa aprendí a apreciar lo mío: el puerto, la playa, mi cuarto, mis hermanos y el ruido de las cositas que se cuelgan afuera y cuando el viento las mueve, suenan. Cuando volví me olvidé de porqué apreciaba todo eso, entonces me pongo a leer las cosas que escribía, pero me confunden. Comienza con “Hoy fue un día buenísimo” y terminan con “el peor día de mi vida”.

No puedo contar sobre la lluvia de estrellas de la otra noche, porque estaba estudiando. Mis amigas, que ya terminaron con todo (o lo tienen en febrero) me mandaron un hermoso mensaje diciéndome que me lo estaba perdiendo. Las adoro. Es cierto. Cuando uno descubre el sentido de una canción, hasta el momento incompresible, con las únicas que se puede compartir ese significado es con ellas.


Emma.

Wednesday, December 13, 2006

Verano


Fin de año. Qué época. Cuando se sonríe por el año que pasó, pero todavía no se puede levantar las piernas del cansancio. “Es el último tirón” me dijo una amiga cuando hablábamos de los exámenes.
Cuando termine me voy a instalar en el muelle con ellas y con muchas otras cosas. Hasta que no me caiga dormida no vuelvo a mi casa. O puede que quede tan cansada que ni bien llegue a mi casa me acueste. Me inclino más por la primera; no porque no llegue cansada, sino porque últimamente, gracias a los exámenes, sufro de insomnio, entonces, quedarme en la cama sin hacer nada no suena tan divertido.
Los fuegos artificiales. Las cenas familiares. La playa. Los regalos. Papá Noel. Etc. Estar sin presión durante unas semanas, descansar, estirar las piernas, aburrirse de hacer nada y querer hacer menos.
Todo el día en el muelle. Esas son vacaciones.
Emma.

Thursday, December 07, 2006

La última palabra


Con el corazón roto te digo: ADIÓS.

Mis ilusiones infantiles tienen que morir.

En mi cumpleaños una persona me dijo llena de orgullo: "Dejás la década de las ilusiones y empezás la de las realizaciones" El problema está cuando las iluciones y lo que uno tiene que realizar no coinsiden. Supongo.
Emma. La que se niega a dejar de ser Emmita.

Saturday, December 02, 2006

Regreso a casa

En un viaje pasan muchas cosas. Algunas buenas (como la vez que me fui de vacaciones con Pame, Sol y Ro. Aunque me agarré la tal insolación y quedé roja) y otras no tanto (como la vez que pasamos toda la tarde en la ruta con Alexandra esperando que pasara un ómnibus y cuando lo hizo... lo perdimos). Pero siempre se recuerdan y después, los recuerdos se cuentan como chiste. Aún muestro la marca de la moña de la parte de arriba del traje de baño en mi espalda.


Lo que no cabe duda es que lo más difícil de afrontar es la vuelta. Tener que volver a abrir el bolso y doblar la ropa para guardarla. Correr los colchones porque no aparecen los zapatos. Tener que volver a comprar sepillo de dientes porque dejamos el viejo (siempre me pasa). Chau playa, nieve, bosque o a donde se haya ido. A la comodidad de un hotel o a la aventura de los bichos en una carpa.


El regreso a casa es la emoción más grande que tiene un viaje. Porque volvemos a lo nuestro. Y sabemos que el viaje no se acaba ahí. El viaje no se acaba.


Gracias Guille, Pame, Sol, Ro, Cata, Alex, Mamá, Viktor y Pedro. Las personas que aparecen en las fotos. Dura 25 segundos nada más. Fue todo lo que pude afrontar teniendo en cuenta que you tube sólo permite subir 100 mb- Aún así, espero que lo disfruten.

Dame un sueño y te doy mi vida


Hace falta una vida para lograr un sueño. A veces, incluso, no es suficiente. Pero sólo se necesita la palabra incorrecta de la persona correcta para que ese sueño se caiga al suelo y se rompa en mil pedazos.

Thursday, November 23, 2006

La edad del pavo

La mayoría de las personas que no ha cumplido los 15 años lo esperan como si fuera la edad más importante. No sé si es porque se va a tener más libertad, por la fiesta o porque se empieza a ir a los bailes. Cuando yo estaba por cumplirlos también me lo pregunté y nunca me lo pude responder.

En realidad, creo que los 15 son como una extensión de los 14 (los primeros meses) y los últimos, un anticipo de los 16. Se empieza a salir, todo es nuevo. Las mujeres van al baño en barra (otra de las cosas que nunca me pude explicar, tal vez teníamos miedo de perdernos en el camino o nos daba cosita andar solas por ahí).

A los 16 ya se está más habituado a salir, se conoce el lugar. Tal vez convenga recordar que soy del interior. Cuando yo empecé a salir el único lugar que había en mi ciudad se llamaba Prisma y todo el mundo iba allí los domingos de madrugada (sábados de noche). A los 16 ya podía ir al baño sola, aunque seguía yendo a la barra con mis amigos. Hacíamos todo juntos: salía con unos, me volvía con ellos; uoa quería ir a bailar, íbamos todos; una quería tomar coca cola, todas tomábamos coca.

Después de los 17 vienen los 18. La mayoría de edad, el auto y los amaneceres en el puerto con las botellas vacías. Mezclando martini con cuanta cosa encontráramos y usando a cierta gente como si fueran pañuelos descartables. Me corrompí a los 18 años.

Pero los 17 son otra cosa. No son extensión de nada ni provisorio de nada. Es la edad ideal para salir y hacer lo que se quiere. Cuando se comienza a no pensar en lo que piensan los demás y hacer lo que se quiere de verdad. Cuando se toma lo que cada uno quiere y no “porque mamá dice…”. La edad del pavo se disfruta a los 17.

Un ratito después de ser buenas hijas de nuestras madres. Y un ratito antes de ser lo que no queremos ser en el futuro, pero lo que importa es el presente.


Emma. Hermana y prima mayor orgullosa.





Felices 17 años Berti y Flopy

Tuesday, November 21, 2006

Existencialismos de sábado por la madrugada

Todos dicen que es perfecto. No es perfecto, le falto yo para que lo sea
Ío
Hay veces que la gente no logra ver que esas personas que hacen todo bien, que sacan las mejores notas y siempre tienen la frase correcta, en realidad están incompletas.

Ya se van a dar cuenta de que somos unas muñecas
Emma.

Tuesday, November 14, 2006

Un grano de arena en el desierto.

Blade Runner
1982, Ridley Scott.
Harrison Ford, Sean Young,
Daryl Hannah, Rutger Hauer, etc.
Drama, Ciencia Ficción.

“Todos los recuerdos se perderán en el tiempo, como las lágrimas en la lluvia”
Roy (Rutger Hauer)

Buscaba al creador porque quería más tiempo de vida. No para él mismo, sino para ella. Era una máquina de carne, huesos y sangre, capaz de llorar, amar, desear, sufrir.

Vivían apaciblemente en esa sociedad pestilente, soportando lluvias ácidas, noche constante y la mugre típica de las grandes ciudades multiplicada por mucho. Se revelaban cuando descubrían lo que eran: un experimento científico, un juguete.

En su cara, el creador le dijo que no podía darle más vida: había sido construido para nacer y morir, y lo haría en el momento indicado.

Eso somos: máquinas con alma. Nos crearon para sentir y morir. No sabemos cuando se nos va a acabar el tiempo, pero si lo supiéramos, ¿No pediríamos más?

Solo somos un grano más de arena en el desierto. Un grano que se reproduce. ¿Qué importa si uno muere? Otro va a nacer. Para el mundo en general, no somos nada. Nuestra presencia aquí es finita. (Haciendo referencia a otra película, Tetis se lo dice a Aquiles en Troya antes de que él decida ir a la guerra o no: Si no va a la guerra, Aquiles vivirá muchos años, tendrá esposa, y descendencia. Lo recordarán sus hijos, sus nietos, pero luego su nombre quedará olvidado. Si va a esa guerra, va a morir, pero la gloria de su nombre será eterna).

“Ahora sabes lo que es vivir con miedo”, dijo Roy. Miedo porque sabe que va a morir. Todos sabemos que eso va a pasar, no es necesario que nos tiren las cartas o nos lean las manos para saber que más tarde o más temprano la muerte nos va a llevar. Lo que no sabemos es cuando. Y eso, en lugar de ser aterrador, es lo que nos permite relajarnos, no pensar constantemente en eso. De otra forma, aunque respirando, estaríamos muertos, porque no viviríamos la vida. Pero cuando sentimos peligro, ¿No sentimos miedo?

Blade Runner nos muestra la mayor batalla que el hombre tiene que pelear y no puede ganar: la muerte. Y cuando ella llegue, ni siquiera el creador nos podrá salvar.


“¿Qué dios después de Dios la trama empieza?”
Ajedrez II. J. L. Borges.

Sunday, November 12, 2006

Hola, lindo

Todo lo bueno se acaba. Y cuando se acaba, duele. Pero el dolor es lo que nos indica que eso valió la pena.
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Si pudiera expresar en palabras como te extraño, no sería vacío lo que sentiría. Pero si no sintiera este vacío, entonces, tal vez, no te estaría extrañando. Y me gusta extrañarte, porque es la prueba de que te quise, te quiero y te voy a querer siempre.
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Porque ahora me siento más cercana a vos. Vivimos lo mismo: nos fuimos y volvimos. Los demás no nos comprenden: no saben porqué somos inadaptados, porqué lloramos. No entienden que tenemos dos vidas.

Pero entre nosotros sabemos lo que nos pasa, porque lo que te pasa a vos me pasa a mí. Yo sufro por lo que vos sufrís.

Si no estuviéramos sufriendo, eso no habría pasado. Y, en ese caso, los dos sabemos que el sufrimiento vale la pena.

Emma (la hermana mayor: la única y está en Uruguay)

Secretos en el fondo del mar


Hay recuerdos que no voy a borrar,
personas que no voy a olvidar
Fito Páez



Ani sabía que se iba a un lugar extraño. No conocía la gente, ni las costumbres y apenas si se daba a entender con su acento marcadamente extranjero. Sabía que no iba a ser fácil vivir sin su familia, sin sus amigos, sin todo lo que ella conocía y había estado en su vida desde que había nacido.

Pero lo hizo. Sobrevivió. Conoció gente de todas partes del mundo. Se adaptó, se reveló contra sus propios ideales.

El tiempo pasó. El momento de volver a casa llegó.

Tanta gente le habló sobre lo difícil que iba a ser todo cuando volviera a Uruguay. “Que estupidez” había pensado ella. O sea, había ido a un lugar completamente diferente y se había adaptado perfectamente, no era lógico que se sintiera mal cuando volviera a casa.

Que equivocada estaba. Inconscientemente pensaba que la vida en Uruguay se había detenido. Todo era diferente. Ani había perdido la nacionalidad. No era ni de acá ni de allá. Se sentía lejos de todo y de todos. Sola, sin nada que hacer. Sentía como sus amigos se esforzaban por reconfortarla. Pero no funcionaba.

Un mes después otro integrante llegó a la familia. Ella se había ido de intercambio, ahora llegaba uno a su casa. ¡Que año! Como se hizo querer ese otro hermano. Si bien ella reconocía que en un principio no quería que él llegara, cuando se estaba por ir, no quería que se fuera.

Ani le advirtió que tuviera presente: el regreso era lo más difícil. “Que estupidez” respondió él.

Emma

Thursday, November 09, 2006

La función de los libros


Odio los libros, no los quiero ver nunca más”. Así me recibió mi hermano cuando entré a casa. Ni un hola, ni mucho menos me preguntó como me había ido en toda la semana que no me había visto.
Me miró y con ojos rabiosos, tirando apuntes para todos lados, dijo “libros de mierda, no sirven para nada”.
Yo, amante de ellos, comencé su defensa (y por un pelo casi estudio Derecho): “Para muchas cosas sirven…”. Pero en el momento en que más necesitas a las palabras, justo a ellas se les ocurre irse de vacaciones y desaparecen de la faz de la cabeza.
1) Para alcanzar algo. Doble sentido palpable. Mi hermano se sentó en el sillón con las piernas abiertas y apoyó sus codos, cada uno en una rodilla. Me miró poco convencido y antes que empezara a decirme de todo, mi boca largó el segundo sentido: “A vos eso no te sirve, porque sos alto. Pero pensa en Sabrina (la ex novia) que es petisa, cuando quiere agarrar algo que está alto…”. Peor error: nombrar a la yegua de la ex.
2) Quedan lindos en las bibliotecas. Suerte que no estudié derecho, porque este fue el argumento más pobre que di en la vida. Aunque es cierto que mi hermano se pasa mirando al espejo y arreglándose las patillas, no servía.
3) De florero. Después de hablar me maldije internamente. Estaba perdiendo la discusión por no tener en cuenta a quien me estaba dirigiendo. Me puse nerviosa, yo no podía perder esa discusión, todo mi orgullo (que es mucho) estaba en juego. Comencé a sudar, mi cabeza daba vueltas, mis ojos desenfocaron (a no, eso fue porque me saqué los lentes). ¡No podía perder!
Tres puteadas y me dio vuelta la cara. Se estaba yendo, ¡lo tenía que retener!
4) Como somnífero. ¡Victoria! (Otra de las ex… pero en este caso lo dije porque había logrado que él se sentara de nuevo). Me miró y me tiró el libro de historia de quinto. “Ayúdame a dormir, entonces”, me dijo. Como hermana mayor orgullosa que soy, me acomodé en el sillón y lo ayudé a estudiar.

Emma.








Nota: La foto es del cumpleaños nº 17 de él: mi hermanito.
El muñeco es mi otro hermano: era un estudiante de intercambio que estaba en casa. Volvió a Holanda unas semanas antes del cumpleaños. Mi hermano (y todos, en realidad) quiso que Viktor estuviera presente, entonces con otra amiga se pasaron tres días haciendo este muñeco. Le pusieron una foto de Vik de cara y lo vistieron con ropa que dejó. Claro que no pudieron reprensetarlo en toda su grandeza... (Viktor mide 2. 05 mts).

Monday, November 06, 2006

Los reyes de la calle


Espero para cruzar en la esquina. Cambia la luz: verde. Miro mis pies (no sé porqué, siempre lo hago), me preparo para cruzar. Opa, no puedo: un ómnibus se tira sin pedir permiso por adelante mío. Después de él es mi turno.
Es la ley de la calle: El más fuerte manda sobre el más pequeño.




Sunday, November 05, 2006

Historia repetida II

Situación III:
Auto. Chica I. Chico 1. Amiga de Chica 1. Novio ermitaño de Amiga de Chica 1. Compañera de Chica 1.
Silencio.
CHICA 1: ¿A dónde vamos?
Silencio.
CHICO 1: A un púb. Tomamos algo y conversamos tranquilos.
Silencio.

Silencio.
CHICA 1: Che, hablen.
Risas.
Silencio.

SITUACIÓN IV:
Madre 1. Madre 2.
Casa de Madre 2. Tres de la mañana. Todos durermen. Ellas dos terminan el cuarto café de la noche.
MADRE 1: (Mira el reloj) ¡Las 3! Me tengo que ir.
MADRE 2: ¡Qué tarde se nos hizo!
(Se despiden)
MADRE 2: ¿Viste lo que le pasó al sobrino del hijo de la empleada de Pocha, la que vive acá a la vuelta?
MADRE 1: (Se sienta) No, ¿Qué le pasó?
MADRE 2: (Empieza el cuento)

Historia repetida


Situación I:
Amiga 1: Porque vos dijiste tal cosa de mí…
Amiga 2: No, a mi la otra me dijo que vos dijiste eso de mí.
Amiga 1: A mí, ella me dijo que vos dijiste eso. No me va a mentir.
Amiga 2: A mí tampoco me va a mentir.
Amiga 1: ¿Dijiste eso de mí o no?
Amiga 2: No. ¿Vos?
Amiga 1: Tampoco.
Amiga 2: Entonces nos mintió.


(Para Macu y Titi)

Situación II:
“Fue lo peor que hice en la vida. No lo voy a hacer nunca más.”
“¿Qué dijiste aquella vez que te fuiste del baile con ese rubio de rulitos?”
“Dije que había sido lo peor de la vida. Pero esto es mucho peor”

Dos semanas más tarde:
“¡Qué mal! ¿Cómo pude hacer algo así? ¡Nunca más lo voy a hacer! Me tenés que ayudar a no hacerlo más…”
“Yo te ayudo. La próxima vez te pego una cachetada”
“¡Gracias!”

Dos semanas más tarde:
(Le pega la cachetada)
“¿Por qué hiciste eso?”
“Me dijiste que te ayudara. Te dije que la próxima vez te iba a dar una cachetada y me diste las gracias”
“¡Eso fue lo peor que hice en la vida!”

Una imagen vale más que mil palabras

Thursday, November 02, 2006

Diosa romana




Juno, la nueva yegua.
Fue a conocerla. Después de que todos los miembros de su familia tenían un caballo, la única que faltaba era ella; era lo que siempre sucedía, todo gracias a que era la menor. Pero al fin, un día después de su cumpleaños, había nacido su yegua. Y le puso Juno, como una de las diosas romanas: de las mujeres, del Estado, reina del Olimpo (lugar donde habitaban los dioses griegos). ¿Qué más honores podía rendirle a su yegua?
Emma.

Monday, October 30, 2006

Básico

"Dame la dosis básica que necesito
de vos para seguir delirando hasta
que te vuelva a ver"
Emma.

Encontrando lo que se busca

"Entre tanta gente, solo importas tú"
Igual que todos los años, la fiesta del pueblo avanzaba con risas, ruido, comida, ruido, música y ruido. El que maneja el tiempo decidió hacer una tregua y decidió que, por primera vez, no llovería durante las celebraciones. Sillas, sillas y más sillas playeras había hasta llegar al escenario.

Llegó con sus amigos. Recorrió la feria, saludó a cada persona y se fueron a sentar al predio; lejos de la multitud, en ronda, como si fuera una fogata en una playa desierta, ellos estaban en su mundo: con sus cantos y conversaciones.

La música del escenario se sentía cada vez más fuerte, el coro que hacía el público también. Toda la ciudad allí. Recorrió con la vista los alrededores en busca de algo. Hasta que lo encontró.

“¿Quién es él?” preguntó a su amiga, mirando fijamente a quien señalaba.

Era la personificación del dios Apolo. Parado con sus amigos, serio, mirando al escenario entre atento y aburrido. Su amiga respondió, pero no la escuchó. ¿Cómo era que nunca lo había visto antes? El pelo, los ojos, los labios. Era perfecto. Tan perfecto que daba miedo.

Tenía que dejar de mirarlo tan descaradamente. Tenía que escuchar a su amiga que no dejaba de hablar. Tenía que aclarar su mente y sacar a ese Apolo de sus ojos. Tenía que romper el hipnotismo.

Entonces, él la miró.
Emma.

Friday, October 27, 2006

A Wendy le pasó

Cuando a Wendy su padre le dijo que tenía que crecer, Peter Pan se la llevó a la Tierra de Nunca Jamás.
Admito que me gustaría volar, pero después de todo un año diciéndome y repitiéndome que iba a cumplir 20 ya quiero que lleguen.
De todas formas, me da lástima dejar ese 1 al principio de mi edad…

Emma

Thursday, October 26, 2006

Estrella fugáz

Noche de verano. Las sandalias a un costado, el abrigo de almohada. La pieza incorrecta del puzzle haciéndole compañía.
Miraba la cúpula oscura y contaba las estrellas mientras simulaba escuchar a esa persona, mientras se dejaba dar esos besos fríos que no le provocaban sensaciones.
Las estrellas brillaban. Enormes astros gritaban que no estaba sola allí; aunque otro cuerpo estuviera a su lado, la soledad le llenaba el interior.
Entonces pasó. Corriendo como un caballo, plateada, hermosa. Su estela duró un largo segundo.
Y desperdició sus tres deseos con la pieza correcta, la que nunca estaría allí con ella.

Emma.

Tuesday, October 24, 2006

Wednesday, October 18, 2006

Los opuestos


Los opuestos se atraen. El polo negativo con el positivo y ¡se hizo la luz! No existe el bien sin el mal, no hay belleza sin fealdad. Es una ley natural, por definición. Lo que jamás creí posible, es que los opuestos pudieran convivir en el mismo cuerpo.

El agua y el aceite se unen en su cabeza. El fuego y la lluvia se encuentran en su interior. El día y la noche se funden en lo que nunca pensé que pudiera suceder. Dionisos y Apolo están dentro de él, en calma aparente. El dios griego del vino y el dios griego de la razón forjaron su morada en él.

Uno surge en el día. Presta atención en clase, escucha a sus amigos, saca buenas calificaciones. Pero cuando el último rayo de sol se apaga, el otro despierta. Drogas, sexo y rock pesado.


Emma.
(Para la misma persona del segundo post)

Tuesday, October 17, 2006

Cantando bajo la ducha

Angelina Echeverría vivía en Colonia del Sacramento con sus padres y, los fines de semana, con su pesadilla: su hermano mayor, Luciano. Estaba en cuarto año del Colegio San Carlos, el mejor lugar de enseñanza primaria y secundaria de la ciudad y del departamento. Además, ella era la segunda de la clase: tenía un promedio de siete. Tomando en cuenta que el promedio de la clase era de cinco, ella era brillante.

La cantidad de pelo que tenía era asombrosa pero pocas veces se lo peinaba y nunca se lo ataba, por lo que no podía evitar que esa maraña castaña cayera sobre su cara, tapando sus bonitos ojos verdes. Además, estaba su ostentosa forma de vestir con sus diseños propios. No era fea, pero siempre se estaba buscando defectos, y el que busca, encuentra. Edad difícil, los quince años.

Entró a su casa dando un portazo, como de costumbre. Pero pese a las veces que habían tenido que arreglar esa puerta por las roturas que Angelina le ocasionaba con sus entradas y salidas, nadie le decía nada. Su enojo ese día se justificaba diciendo que era sábado: su hermano estaba en casa.

Lucianito era el más inteligente de sus amigos. Estaba estudiando Ciencias Económicas en Montevideo, el único de su barra que seguía estudiando. Así se jactaba su madre, claro que las frases que seguían iban dirigidas a Angelina: “¿Por qué no sos más parecida a Luciano?”, “Si no estudias no vas a llegar a nada, como los amigos de Luciano”, “Luciano siempre estudió solito, nunca le tuvimos que decir nada”, etc. Por otro lado, estaban las tías viejas y las amigas de las abuelas que, cada vez que la veían, le decían mientras le tomaban el mentón: “Es igualita a Luciano”.

Había algo especial en el aire ese día. No era el asqueroso olor al pollo al horno que le gustaba tanto a Lucianito (su madre lo preparaba con cariño todos los fines de semana, aún sabiendo que a Angelina no le gustaba). Era un perfume… ¿Rosas? A su madre le gustaban mucho las rosas, pero su padre estaba demasiado ocupado con su trabajo como para parar en una florería y comprar algunas. Podía ser Luciano, pero él debía de estar con sus amigos en la rambla, como de costumbre.

Mientras iba a la cocina, algo en el camino la detuvo. Dentro del baño había una persona cantando. La única que cantaba mientras se bañaba era su madre y eso era razón suficiente para estar fuera de la casa por un buen rato. Pero escuchaba el canturreo desafinado de la voz aguda de Josefina en la cocina.

Se quedó quieta mirando la puerta del baño sin saber qué hacer. Enseguida, se abrió y, con una toalla a la cintura, apareció Luciano, sonriendo de oreja a oreja y mostrando sus dientes blancos. Angelina no pudo evitar mirarlo con sorpresa. ¿Luciano cantaba?

– Hola, bonita –le dijo sonriendo, y siguió camino a su cuarto sin dejar de canturrear.

Cuando entró a la cocina sintió el pestilente olor del pollo horneándose. Todo gracias a Lucianito, que le gustaba tanto esa comida. Y pensar que una vez ella rompió el horno para evitar ese almuerzo: no duró mucho, pero disfrutó la variedad mientras la tuvo.

– Pensé que no ibas a venir a almorzar.
Josefina, su madre, sacaba las papas de la freidora. Ni siquiera fue capaz de mirarla.
– ¿Qué le pasa a Luciano? –preguntó ella sacando el jugo de naranja de la heladera.
– Dolores.
– No parece que le duela nada.
– La novia se llama Dolores. Estudia Derecho. Viene esta noche.

Al menos tendría alguien que la comprendería, pensó. Se equivocó. Esa noche llegó Dolores, la hermosa, inteligente, simpática y sin igual novia de su hermano, tan perfecta como él. Rubia y prolija desde el pelo lacio y rubio, hasta las medias blancas.

– Angelina, sentate en la mesa, por favor–. Cuando su padre daba una orden, ella la cumplía. Pero ya le había visto las medias.

Se sentó derecha y abrió sus piernas para ver sus propias medias. Una roja y la otra a rayas negra y naranja. La otra media roja estaba sucia. Pero, pasara lo que pasara, no iba a sentirse mal de sus pantalones: lo que alguna vez había sido un par de vaqueros oscuros, ahora estaba lleno de parches de todo tipo de telas, colores y texturas.

Ya no le prestaban más atención. Dolores estaba relatando con su prefecto español, pronunciando todas las s al final de cada palabra que la necesitara y sin omitir detalle, cómo era su excelente desempeño en la facultad de derecho. Era enfermizo: si con su hermano no le alcanzaba, ahora tenía a una cuñada en potencia que colmaría la capacidad de su paciencia.

– Angelina, tu hermano siempre habla de vos. He escuchado tantos cuentos
tuyos que ya creo que somos amigas –dijo Dolores con una pequeña sonrisa.

Insólito. Ser su amiga. Ese era un privilegio y sólo ella participaba de la elección, no cualquiera era su amigo. Y ella era una cualquiera. Definitivamente, Dolores jamás sería su amiga. Al menos, mientras estuviera saliendo con su hermano.

Se paró, miró a Dolores apretando los labios en gesto de insuficiencia y se fue. La rambla quedaba tan cerca que era la mejor opción, aún con el frío del invierno, cualquier lugar era mejor que su casa en ese momento (y en todos los momentos). Ya vería como evitaba las críticas de sus padres cuando volviera a su casa.

– No te cayó bien Dolores.
Angelina miró a su lado. Luciano estaba sentado junto a ella.
– Hace frío – dijo ella.
Luciano la abrazó sin dejar de mirar la isla que se perdía en el horizonte.

Tuesday, October 10, 2006

El risco

Y el pecho se le partió.
El corazón latía con tanta fuerza que parecía no hacerlo. Las palabras no querían salir, a cambio, millones de lágrimas eran derramadas por sus mejillas y morían al llegar al precipicio de su mentón.
Sus manos aferraban con fuerza su cabello y lo cinchaban hacia abajo. Quería lastimarse más, sufrir aún más. Tener una razón lógica para estar en ese estado.
Para no pasar un mal rato se había escondido en un caparazón de hierro. Por hacerlo terminó muerta en vida, llorando por haber perdido sin siquiera haber luchado.
“¿Qué pasará la próxima vez?” Se preguntó mentalmente, incapaz de articular la boca a menos que fuera para gritar y llorar con más fuerza.
“Será igual”.


Emma.

Me cansé


Resulta que me cansé de ser yo,
entonces, decidí que necesitaba un cambio.
Cambié, pero sigo siendo yo.

Emma

Friday, October 06, 2006

¿Y la preciosa democracia?


Al comenzar el año lectivo, el profesor de economía nos preguntó qué valía más: un diamante o el aire. Pensar en la respuesta fue complicado. El diamante es hermoso pero al aire lo necesitamos para vivir. No todos tenemos el coraje de Odiseo de despojarse de un vestido de oro por vivir; tampoco tenemos el valor de Sócrates para morir por nuestros ideales.

Después de que comenzara el debate, una profesora puso en el pizarrón la palabra “Democracia”, se haría lo que la mayoría acordara. Además, la democracia, según ella, es el mejor de los malos sistemas. Algunas personas se quedaron solo con “malos sistemas” y por decisión de una persona todo el grupo se hundió en el lodo.

No estoy enojada porque tengo que venir a Montevideo los lunes a soportar 45 minutos de una clase que no avanza por los comentarios y murmullos estúpidos de gente no menos idiota. Lo que me molesta hasta hacerme cambiar el gesto es la mugre humana con la que comparto el aire ahí adentro. Malos compañeros que desde segundo de liceo no veo.

No se iba a levantar una revolución por una persona. Ahora el ambiente va a ser aún más tenso.

Emma.



Tuesday, October 03, 2006

Ojos tristes. Sonrisa de sirena


Ella saca la cabeza de los libros. Sus ojos están cansados y húmedos por la presión a la que se ven sometidos. Cada vez que ella saca los pies de la biblioteca, no sabe adonde ir.

Sale con su madre a hacer los mandados. Se encuentra con un mundo hostil, al que, aún después de tantos años de vivir en él, no conoce. Lo ataca con una sonrisa blanca: no quiere que el mundo sepa que ella está perdida.

Él miró sus ojos antes de quedar ciego por esa precisa sonrisa. Encontró un precipicio, un vacío oscuro que nadie ha llenado jamás.

– A ella le gusta mucho leer –. Comenta su madre.

Ese vacío crece un poco más.


Emma.

Monday, October 02, 2006

Ángeles de plata

Clark Gable y Vivien Leigh. Gone with the wind.
(Toda para mí. La mejor película y libro. Me encnata)
"Scarlett O'Hara no era bella, pero los hombres no solían darse cuenta de ello hasta que se sentían ya cautivos de su embrujo..."
Lo que el viento se llevó, Margaret Mitchell

Cary Grant e Ingrid Bergman. Notorious.
(Vicky M., Lauri, Naty, Gaby, Vicky G., Tincho y el resto de los gurises del seminario de Hitchcock, incluyéndome. Me gustó mucho esta película)

Movie Script:

DEVLIN There's one more drink left apiece. Shame about the ice.

ALICIA What is?

DEVLIN Gone.

ALICIA Who's gone?

DEVLIN The ice. (off the music) Why do you like that song?

Audry Hepburn. Breakfast at tiffany's
(Ésta fue por Naty y Stacy. A una le gustó el libro, a la otra, la película)

Movie Script:

-It's like Tiffany's

-Tiffany's? you mean the jewelry store?

.Emma.

Wednesday, September 27, 2006

El arte de la mentira


Me paro en un escenario y cobro vida.
Comienzo a decir frases escritas y estudiadas previamente, repetidas tantas veces. Me muevo. Cada paso está pensado y ya lo he hecho antes hasta que se convierte en mecánico.
En ese momento vivo, respiro, tiemblo, siento. Soy más yo de lo que soy cuando no estoy allí. Soy tan yo que a mi nombre lo usaron miles de mujeres antes y lo seguirán usando después. Pero odio como Clitemnestra, enloquezco como Lady Macbeth, soy tan inocente como Julieta y puedo ser tan lanzada como la cantante de un cabaret.
La gente me mira y me cree. El publico, atento, escucha cada palabra con atención, en silencio, sin dejar de mirarme, sin dejar de sentir como lo hago yo.
Mientras yo sigo haciendo y diciendo lo que aprendí gracias a tanto trabajo, tantas horas dedicadas. Miento descaradamente a personas que no conozco. Cambio mi nombre, mi edad, mi personalidad.
Bajo del escenario. Vuelvo otra vez al estado de coma, otra vez a estar muerta en vida. Apoyo nuevamente mis pies en el aire, me siento vacía e inútil. Vuelvo a querer ser yo.
Miento, sin vergüenza. Pero ¿A quién miento? ¿Al público o a mí?


Emma

Monday, September 11, 2006

Piedras viejas




Colonia del Sacramento.
Me encantan estas piedras viejas. Tienen un poder calmante sobre mí. Cuentan historias de diferentes épocas, generaciones.
Mientras camino por las calles portuguesas, imagino esos vestidos enormes y el paso de los caballos.
Entonces miro hacia adelante. Y veo un papel de alfajor en el piso. Se acabó la ilusión; la realidad me da una cachetada.
Pero ese segundo de fantasía no tiene precio.
Emma.

Sunday, September 03, 2006

Wednesday, August 30, 2006

ROPA SUCIA



“No muestres tu ropa sucia”. Incontables veces lo he escuchado. ¿Por qué no la puedo mostrar? Todo el mundo la tiene, no es que se vallan a asustar porque yo también. Serían unos hipócritas si lo hicieran.
Son unos hipócritas, porque lo hacen.
Salen a la calle y cuando ven algo que no se debe mostrar se escandalizan, se tapan la boca y abren los ojos hasta sacarlos de órbitas. Como si ellos nunca lo hubieran hecho. Peor: Como si nunca hubieran deseado hacerlo.
No quieren ver la ropa sucia ajena, porque es una forma de negar la existencia de eso que tanto se desea y no se puede hacer. Ojos que no ven ropa sucia, corazón que no siente la falta esa ropa que hace astillar la piel para conseguir y reprimir la mente porque se sabe que no se puede tener.
La ropa sucia ajena es lo que nos demuestra lo sucio que estamos nosotros por hacer lo que la sociedad nos impone y no lo que el corazón nos dice.

“No muestres tu ropa sucia”. No te beses en público. Virgen hasta el matrimonio. ¡Qué horrible lo que le dice a la madre en la calle! ¡No tiene vergüenza! Un poquito más cortita la pollera y no va a dejar nada para la imaginación. La chusma de la vecina. La que está embarazada y nunca se casó. El que dejó a la mujer con tres hijos. Los que se pudieron ir de vacaciones. El de la casa grande.
Envidia.
“Ropa” es algo cotidiano, de todos los días y que todos tienen. Suciedad también.

Emma.

Friday, August 25, 2006

El témpano


Hacía mucho tiempo que lo miraba escondida atrás de sus amigas, en el baile o en la calle, y cada vez que él pasaba no podía quitarle los ojos de encima. Era como un imán que sujetaba su mirada con él, con su pelo, su boca, sus manos. No había nada específico que le gustara de ese hombre, excepto, quizás, sus labios. De tanto mirarlos ya los conocía de memoria. Sabía también que no solo era bonito, sino también inteligente, sensato y cuerdo. Parecía imposible que un solo ser humano pudiera ser tan perfecto.

Allí estaba ella, después de conversar con él la mitad de la noche y dejarse llevar por él la otra mitad. No pensar se sentía fantástico, era liberador después de tanto raciocinio, de tanto pensar en todas las vías posibles para cada asunto, que era lo que siempre se le había enseñado a hacer: calculadora y fría. Su voz, sus labios y su fuerza eran todo lo que ella quería en ese momento.

¿Por qué él estaba con ella? Él, que era todo perfección, estaba con ella, que solamente era una más del montón, o tal vez ni siquiera tanto. Se sumergió tanto en sus pensamientos que enfrió sus acciones, como generalmente sucedía. No le importaba porqué estaba con ella, lo único que quería era seguir con él.

De pronto dejó de besarla y la miró serio.
– ¿Cómo es posible que en un minuto seas una llamarada y en el otro un témpano?
Su autovaloración calló por las escaleras. Se negó a responder esa pregunta.
– ¿Escuchaste la canción de Maná, Rallando el sol?– Ella asintió con la cabeza– ¿Escuchaste la parte que dice “es más fácil llegar al sol que a tu corazón”? –Ella volvió a asentir–. Siento eso con vos.
Ella comprimió el rostro. Tomó aire y respondió:
– Tal vez no quiero que vos llegues a mi corazón.


Emma.

Wednesday, August 16, 2006

Narcisa


Se miró al espejo una vez más. Estaba hermosa. No había nadie esperándola, ni ella esperaba a nadie, pero arreglarse, sentirse bien, era algo que hacía para ella, para nadie más.

Comenzaba con el baño. Muchas veces pensaba que si tuviera una bañera jamás saldría de ella. Pero la ducha era suficiente. Se quedaba en ella hasta que se acababa el agua caliente, sintiendo su cuerpo limpio y tibio con el aroma del jabón. Salía del baño y se perfumaba. Escogía con cuidado la ropa que se iba a poner y la estiraba con cariño arriba de la cama.

Antes de vestirse se encargaba del cabello. Si quería rulos o lo quería lacio dependía del momento, pero su cabello era lo más importante. Se peinaba con suavidad, sin dejar de mirarse al espejo. Le daba vergüenza mirarse tanto al espejo. Generalmente, cuando había gente cerca, nunca lo hacía. Sus amigas sí, siempre se paraban frente al espejo y se admiraban, pero ella no podía, no lo tenía permitido: sus amigas eran hermosas, ella no.

Una vez que ya estaba pronta se colocaba nuevamente frente al espejo, entonces era imposible que desviara la mirada: lo que veía le agradaba mucho. Era ella, pero no la que estaba acostumbrada a ver. No era la misma que andaba siempre con la espalda encorvada por el peso de los libros en la mochila. Ni la misma chica que tenía el pelo enmarañado porque no tenía tiempo de lavárselo. Esas manos no eran las que todas las mañanas lavaban la cocina y los baños de la casa. La que en ese momento se miraba al espejo era otra persona.

Era un disfraz que se colocaba con esmero para ocultar su vida. ¿O su vida era un disfraz para ocultar algo que le daba vergüenza mostrar?

Friday, August 04, 2006

Otra batalla


Llegó el momento.
A la hora de la lucha la señaló el sol. La batalla está por comenzar. Sabía que la guerra nunca había terminado, pero después de todo este tiempo de inacción pensé que las aguas se habían calmado.
Me equivoqué.
Hoy se convocó a una nueva lucha.
Pero mi ejército no estaba pronto. Nunca lo ha estado, aunque, de todas formas, muchas veces había logrado algunos avances asombrosos sobre territorio enemigo.
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Al terminar la batalla no sabía quien había ganado. Tampoco me importaba. Yo estaba sola. Sin soldados, sin caballos, sin espadas. Mi cabeza no tenía donde apoyarse para llorar. Con heridas abiertas y perdiendo sangre en cada miembro de mi cuerpo.
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Sola, en un bosque que llevo tanto tiempo recorriendo y aún no logro conocer. Por más que me esfuerce por hacer senderos transitables, el otro ejército se empeña en nublarme la visión, o tapar los caminos. Y luego, sin siquiera saberlo, coloca piedras enormes y afiladas. Muchas veces por ir distraída me he lastimado con esas piedras.
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Traté de curarme las heridas. Siempre trato. Pero no puedo, porque no las veo. Siento la sangre
que corre con fuerza, siento las lágrimas que caen sin cesar, pero mis heridas están adentro y no hay vendajes que las puedan ayudar a sanar.
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No importa que tanto me esfuerce en luchar, para el otro ejército nunca va a ser suficiente.


Emma

Monday, July 31, 2006

La maldición de los relojes


En una parte del mundo, muchos años atrás.

Las personas que poblaban la tierra vivían felices llevado a cabo sus actividades a medida que el sol realizaba su visita diaria, sin necesidad de ser extremadamente estrictos con respecto al horario.

Se levantaban cuando el sol asomaba y comenzaban con sus actividades diarias. Cuando el sol estaba arriba, era hora de almorzar. Luego, cuando bajaba y no había tanta luz natural, entonces era hora de volver a casa, cenar, estar un rato en familia si se tenía y acostarse (En otros casos, el ocaso era el momento perfecto para despertar y salir de la casa. Burdeles y boliches siempre existieron).

Y aunque en los tiempos de hoy resulte complicado imaginarse el hecho de despertar sin el insoportable sonido del despertador, ésta gente lo lograba, es más: era feliz sin el despertador. Pero todo lo bueno llega a su fin en algún momento. Y ésta perdida de la felicidad tiene mucho que ver con los relojes y el maldito tic –tac.

La ambición del pueblo pudo más y sin hacer caso a los terribles maleficios que tantos brujos habían puesto sobre éste impensable tesoro, invadieron las montañas y se llevaron cada moneda de oro a casa.

La primera noche de victoria hubo una fiesta: vino hasta que acabaron con la cosecha de uvas de la región. Y cuando estaban tan inconscientes por la borrachera, fue cuando un brujo viejo se acercó al jefe del pueblo y le entregó una caja (probablemente el brujo era suizo). “Otro tesoro más” pensó el jefe.

Pero no era nada parecido a las monedas de oro. Nada parecido a ningún tesoro, era una maldición. El pueblo robó el tesoro de los brujos y éstos se cobraron con creces su venganza: le entregaron un reloj.


Emma.

Friday, July 28, 2006

Volamos buscando luz en laberintos de oscuridad



Al entrar en el laberinto estamos solos y a oscuras. Lo único que podemos hacer es vagar, buscando la luz, que es la única que nos puede ayudar a encontrar la salida, la guía perfecta y quien conoce que caminos tomar. Pero, ¿Cómo sabemos encontrar la luz?

Muchas veces solo lo sabemos, porque hay algo dentro nuestro que nos hace seguir volando, buscar otra cosa. Algo más fuerte que la razón y no nos permite estancarnos con algo que no es para nosotros.

Otras veces no escuchamos a nadie más, solo tenemos sentidos para ésta luz que acabamos de encontrar, sin pisar el freno, detenerse un minuto y pensar si en realidad esa es la luz que tanto hemos estado buscando o es solo que el miedo nos hace quedarnos allí.

Hay una tercera posibilidad y es que causas internas, sean orgullo, miedo o demasiado amor propio, los impulsan a seguir de largo por el laberinto, aunque no vean nada y cada vez que aparece un reflejo, doblar para el otro lado, hacen como que nada pasó y seguir buscando algo que no quieren encontrar. Como si tuvieran más miedo a la luz que a la oscuridad.

Muchas personas se toman su tiempo para pensar acerca de la luz que encuentran: es realmente eso lo que quieren. Pretenden estar seguiros para que esa luz no se apague hasta que encuentren la salida. Otras encuentran su luz a edad temprana, enseguida que entran al laberinto, sin tener en cuenta si ella va a estar o no cada vez que se pierdan en un brazo falso de éste
. El tercer grupo, a menos que una luz se interponga en su camino y no los deje seguir a menos que sea con ella, entonces están condenados a vagar solos por la oscuridad y no encontrar nunca la salida, porque no ven, porque están solos, porque rehusaron la ayuda que estaba allí para ellos.

Volamos buscando luz, para eso estamos: para encontrarla. Y no podemos sacar nuestro objetivo de entre medio de las cejas. En la oscuridad, lo único que vemos es lo que queremos: la luz.

Señorita E.



Tuesday, July 25, 2006

Está llegando


Yo me fui. Ella se quedó. Pero cuando volví, ella ya no estaba.

Había abierto sus alas y remontado vuelo a una tierra muy, muy lejana y muy diferente de todo lo que conocía. Salió a enfrentar sus miedos, sus propios demonios; se fue para conocerse a sí misma. A conocer sus límites, hasta donde era capaz de llorar antes de comenzar a reír, hasta donde era capaz de gritar antes de quedarse sin voz y hasta donde llegaría sin necesitar el apoyo de todos lo que conoció hasta ese momento durante toda su vida. Descubrió que puede llorar mucho, gritar más, pero puede llegar hasta donde quiere, porque ella está con ella.

Nadie dijo que iba a ser fácil. Y no lo fue. Le costó mucho, pero lo superó, porque ella es fuerte, decidida y sabe lo que quiere. Sabe a dónde quiere llegar y nadie se lo va a impedir.
Aunque le roben la ropa de interior, aunque pierda partes de su ser, no va a dejar de luchar. Va a seguir su camino hasta que considere que llegó. Hasta que se demuestre que puede hacerlo.

Dentro de poco llegará. Ya se siente: la energía entre nosotras no es la misma. Después de tantas cartas, de tantos regalos que le mandamos, al fin la vamos a volver a ver, a abrazar, a reírnos con ella.

Ella va a llegar y yo no voy a estar. Pero ella sabe que la quiero. Que la madrina no la olvida. Que ni bien se libre del siguiente examen va a correr hasta que pueda verla, abrazarla y decirle todo lo que la quiere. Porque es así, morocha, te adoro.

Tu madrina.

Saturday, July 22, 2006

Ayuda. La que se perdió en el camino.


Es difícil seguir sola. A partir de ese momento, parece que lo que era un camino recto, de pronto se llenó de curvas y está en pendiente.

Pero cuando hablar es inútil, no hay otra forma de sobrellevar la situación más que diciendo que sí con la cabeza y dejando pasar la perorata, deseando que se termine rápido, que pronto se olvide de la razón por la que se enfureció esta vez. Entonces es cuando seguir caminando se vuelve peligroso. Porque cada paso que vas a dar es una incógnita mayor que la que azotaba antes en la cabeza.

La situación se vuelve insoportble; comienzan a atropellar las dudas respecto a: ¿y si me equivoco? Entonces todo va a ser peor, porque no solo voy a haber hecho las cosas mal, sino que también voy a estar sola, porque no voy a tener su hombro para apoyarme y llorar, porque sé que en ese momento solo su hombro es el que voy a necesitar.

Y no doy el paso, por miedo, por desconfianza. Porque me dejó tirada y sin poder defenderme siquiera; porque siempre tiene razón, porque por su calidad de “ser” nadie le puede discutir nada. Todos tienen que rendirle culto. Como si habernos traído al mundo le diera el derecho de pisotearnos cuando quiere.

Y cuando me pregunto: ¿Sigo de largo? No tengo opción, porque el agua que se estanca se pudre. ¿O ya estoy podrida?
Emma

Friday, July 21, 2006

Máscaras. La salida.



- ¿Y como eres?
- Soy como me hicieron. A la receta nadie la tenía, pero todos pusieron el mejor empeño en que yo quedara bien. Pusieron cariño, amor, tiempo y dedicación en la hoya donde me hacían, mientras uno más fuerte revolvía con fuerza para que los ingredientes se fundieran.
- ¿Entonces que pasó?
- No lo sé. Tal vez el fuego no estaba a la temperatura adecuada. Tal vez los ingredientes fueron puestos en exceso… o tal vez lo que salió mal fue cuando moldeaban mi masa.
- ¿Cuándo fue eso?
- Justo después de sacar los ingredientes mezclados de la hoya. Pero ya eran demasiadas personas las que metían manos para realizarme. Sé de unos cuantos que no tenían buenas intenciones.
- ¿Entonces, cómo eres?
- Ya te lo dije, soy como me hicieron.
- ¿Pero por qué usas siempre esa máscara?
- No es “esa” máscara, siempre es una diferente, depende de lo que se necesite.
- ¿Por qué siempre usas máscaras, entonces?
- Para protegerme.
- ¿Protegerte de qué?
- De mí
- ¿Cómo puede una máscara protegerte de ti?
- No quiero que me conozcan. Con éstas máscaras nadie lo hará.
- Pero aún no entiendo como te protegerán de ti…
- Yo tampoco, pero no sé de que otra forma hacerlo. Es mi salida de emergencia.

Tuesday, July 18, 2006

Mi vida es como el ciclo económico


A de ser porque el examen de economía está cerca que me puse tan pensativa sobre el caso, pero es que es cierto, mi vida es como el ciclo económico. Para los que no saben lo que es el ciclo económico (¡que suerte que tienen!), resulta que son variaciones que afectan toda la actividad... etc.

Personalmente, hay ocasiones en las que me siento en el AUGE, como cuando voy a casa después de bastante tiempo sin ver a mi familia y mis amigos. Después de olvidarme porqué tenía tantas ganas de venirme a vivir sola y después de tener muchas ganas de ver a toda la gente que cuando no estoy en el auge no quiero ver. También me siento en ese lugar cuando salgo. Pero eso no es tan complicado de entender, salgo, me divierto... En el auge todo sale bien, según el libro.

Claro que se puede seguir subiendo, entonces se llega al RECALENTAMIENTO. He estado unas cuantas veces allí. Me acuerdo de un año que todos los domingos me encontraba recalentada... según el libro, el recalentamiento sucede por causas diversas, en algún momento se crean desequilibrios. Es como el proceso inflacionario: lo veo y es perfecto, después de todo, ¿a quién no le gusta subirse al tigre? el tema es bajarse de él cuando está en movimiento, eso ya no es ni tan divertido, ni tan fácil, entonces la cara oculta de la inflación se ve y todo es feo.

Es cuando se cae en el ENFRIAMIENTO. Todo lo que se había conseguido en el auge se va y solo quedan vestigios negativos del recalentamiento. Acá es cuando mirarme al espejo es contraproducente, porque lo único que consigo es hacerme sentir peor… No encontré nada en el libro que pudiera usar con doble significado sobre el enfriamiento. Me paso media semana enfriándome por lo que pasa el fin de semana.

Pero se sigue cayendo, porque no es suficiente el estadio anterior, entonces se llega al estado en donde todo es negativo, la RECESIÓN. Y para colmo no dejo de pensar. Y la cabeza me da vueltas y vueltas. Y etc., etc.

Como no hay mal que dure 100 años, a lo sumo duran 99, llega el estadio de la RECUPERACIÓN. “El gobierno pudo tomar medidas para superar el bache o dejó que la economía se recuperase sola” es el comentario del libro, en mi caso sería: “Emma al fin logró tomar medidas para superar el bache, aunque sería más lógico pensar que el bache la superó a ella”.

Y entonces es cuando el ciclo vuelve a comenzar.

Emma

Friday, July 14, 2006

¡NO!


Al principio era algo simpático que me gustaba sentir. Un bichito que me hacía cosquillas cada vez que aparecía. Después, los bichitos se fueron multiplicando y cada vez que me miraba se ponían en movimiento.
Al final llegué al punto de sentirme totalmente cubierta de bichos que no dejan de moverse ni un minuto. Me mire o no me mire, ellos están allí, dentro mío, recordandome que él sigue caminando, sigue quitando aire, sigue pensando. Pero aunque dejara de vivir, mis bichos no se irían de mí.
Porque me gustás y me gusta que me gustes. Porque no lo puedo evitar y no lo quiero evitar, porque me das vida; porque aunque no estés, me ayudás, me apoyás y vos ni siquiera lo sabes. Porque no te importo y no me importa.
Y aunque me moleste que otros bichos no puedan entrar, los tuyos no me hacen más que llorar, reir, soñar.
No te vallas, pero tampoco te quedes. Hacé algo. No, no hagas nada, porque me gusta la situación. Pero a la vez me mata. Entonces... hasta que yo no me decida no hagas nada. Mejor sí, hacé algo, porque no creo que me valla a decidir rápido.
Emma

Thursday, July 13, 2006

...

Imposible entender ésta situación. Lo único que se puede hacer es tener paciencia y esperar, y por favor, que pase pronto. Porque es como si me hubieran sacado una parte del cuerpo, se fue una parte de mi casa, una parte de mi día, una parte de mi vida.
Se suele escuchar que a las cosas uno se acostumbra. A esto yo no me acostumbro y no sé como es que me voy a acostumbrar en algún momento. Mi hermano.

Si no hubieras estado, yo no hubiera sido.
Vos sabes quien soy.

Saturday, July 08, 2006

Que hacer con mi vida.com


Ultimamente mi imaginación se ha visto terriblemente afectada por esta cadena de hechos que NO QUIEREN IRSE DE MI CABEZA. No hay nada que quisiera en este momento más que no pensar.
Aunque siendo más suspicáz, me gustaría también ser una pieda... y no sentir. Pero tantos años de intentarlo sólo me han demostrado que sigo siendo yo, por más fuerza que haga para evitarlo, sigo pensando, sigo sintiendo... desarmandome.
Y el mundo no deja de girar. Y mi cabeza no se puede estabilizar. Y ya no sé que hacer. Entonces es cuando entiendo muchas cosas, es cuando los demás no saben nada, cuando me doy cuenta de que daría cualquier cosa para que algo, aunque sea por un minuto, me saque todo de la cabeza y me deje en paz.
Entonces pienso en dejar todo, e irme lejos, muy lejos, pero no quiero. Porque me gusta. Porque me causa satisfacción. Porque dentro de ésta frustración, hay algo que me atrapa y no me deja escapar.
...
Emma

Y decir que no voy a hacer nada más por ellos, no es verdad.

Tuesday, July 04, 2006

PERFECCIÓN


Por alguna razón extraña y aún después de escribir aquí, en mi space y en mi agenda, aún quiero seguir haciendolo. Como la mente humana no tiene lógica y menos tiene la mía, en lugar de intentar encontrar el porqué de esta situación, solo voy a satisfacer mi deseo... encotré esta foto -gettyimages se ha convertido en uno de mis sitios favoritos, gracias Yas... - después de buscar algo por bastante rato... no sabía que hacer con la foto, hasta que se me ocurrió la perfección.
Después de tantos años de soportarla y de tantos más que aún me restan, con mis 19 años bien cumplidos, que ya casi suman 20 y con todo mi conocimiento escaso sobre la materia, afirmo en este momento: DETESTO MATEMÁTICAS. Puedo decir sin remordimientos y sin miedo de herir a nadie que no es perfecta. Las reglas, escuadras, etc. tampoco son perfectas, aún así, admito que geometría me gustaba; la economía tampoco es perfecta (y espero que el profesor lea esto), ni la lapicera con la que escibí el RD de esto lo es , porque trabajaba de a ratos.
Las balanzas solo marcan una ilusión, una esperanza cada semana, que nos dará un tiket a la sociedad. Un par de silvidos de rubios desconocidos y las miradas sorprendidas de quienes hace tiempo que no vemos. La balanza no es el sueño, es el inicio. Porque desde ella sabemos cuanto tiempo tenemos para ser felices. Porque nos indica que nuestra vida comienza allí. Y al sacar nuestros pies de ella, cortamos el cordón umbilical; y en lugar de comenzar a llorar, reímos, porque somos gente, porque ahora no nos da verguenza mirarnos desnudos al espejo. Podemos ir a las tiendas y comprarnos lo que salió en la última revista y nos queda bien. Al fin vamos a ser felices...
Las balanzas tampoco son perfectas, porque son creadas por los hombres. Y los hombres tampoco son perfectos, porque están predestinados a herrar, porque lo único sobre su futuro que saben al momento de nacer, es que van a morir.
Un secreto tampoco es perfecto, porque cuando tenemos uno, enseguida queremos contarlo. Yo tengo uno y se los voy a contar ahora:
NO QUIERO SER PERFECTA, QUIERO SER HUMANA.
Emma

A una semana

Es increíble lo rápido que pasa el tiempo cuando uno se divierte y quiero decirte que éstos últimos meses me he divertido mucho contigo. Lo dije antes, lo digo ahora y lo voy a seguir diciendo: me gustaría que vivieras más cerca, porque dejar de verte, de hablar con vos y de enojarme con las cosas que haces y los vasos que rompés, me desarma en corazón.
En éste tiempo llegaste a ser una parte tan profunda de mí, que nunca me imaginé el dolor que iba a sentir cuando te fueras. Ahora que solo falta una semana, me gustaría encontrar la forma para que te quedaras. Pero vos tenés una vida allá, tan importante como la de acá. Es el carma del programa: dos familias, dos países con amigos, dos vidas... pero como regalo te dan ese año maravilloso que pasaste acá, y la prueba está en que no te querés ir.
Vos sabés la tendencia que tengo a ser posesiva... mis amigos, mis hermanos, mis primos y todo lo que sea "mis" está bajo mi protección y ¡ojo con quien lo toque!. Te informo, lindo, que vos sos mi hermano y ojo con que te olvides de eso.
Muchas gracias por éste año maravilloso.
Tu hermana mayor.

Monday, July 03, 2006

¿Cualquier tiempo pasado fue mejor?

Mi madre se fue a una reunión por trabajo a una tierra muy, muy lejana y me trajo como regalo un libro -ella puede ser bastante original para los regalos-. La autora es Nilda Macías, el libro se llama "Al mal tiempo, buena cara".
Yo, fanática de la lectura del "porque sí" no lo leí hasta hace tres días, después de ser dueña de él desde hace más de cuatro años, porque no tenía nada más para leer en mi apartamento. Comento que me acabo de mudar y libros, más que los de la facultad, es lo que no abunda.
Así que me tiré en el sillón, panza arriba a leer las frases y el porqué de ellas.
Me enteré así de algunos detalles interesantes sobre cosas que digo y no sé la razón.
"Claro como el agua", por ejemplo... el diccionario define al agua como un "líquido claro e incoloro"; hay que aclarar aquí, que el lago del Parque Rodó no se tomó en cuenta. Ni tampoco el agua del Río de la Plata. Ni mucho menos el agua del Río Uruguay.
"¡Viva la Pepa!" ¿Cómo es "a la rueda, rueda, de pan y canela..."? yo que siempre tomé ese "viva la pepa" como un "siga la joda" y resulta que la Pepa es la constitución española de 1812.
"Ser de sangre azul" ésta frase se empleaba para los nobles de hace muchos, muchos años, porque al estar al dope todo el día, ni siquiera salian de sus castillos y el sol no les afectaba la piel, entonces las venas se veían azules. El libro aclara después que ahora los tiempos han cambiado y "el color de la piel de los que pueden dedicarse al cuidado de sí ha pasado del blanco traslúcido al dorado intenso..." ¿entonces? ¿De qué color va a ser mi príncipe ahora?
De todas formas, la frase que más capturó mi atención, fue la que coloqué como título: "Cualquier tiempo pasado fue mejor". Pensé en apoyarme con imágenes y unas cuantas vinieron a mi mente, pero me quedé solo con ésta, que apoya mi teoría acerca de la poca presición de la firmación. Creo fielmente, por más poesía que haya insitado ésta frase, que es completamente machista. Aunque resulta divertido imaginarse al esposo volviendo de la guerra y no encontrando la llave... ¡por desconfiado!

Emma.
(Por cierto, la imágen es un cinturón de castidad)

APOLO



Dios griego. Era hijo de Zeus y de Leto, hermano mellizo de Artemis. Era el dios de muchas cosas, incluídas entre ellas la belleza, la personificación del sol. Según mi profesora de literatura de quinto y sexto de liceo, era el dios más hermoso del Olimpo. Yo confío en ella.

Por eso, y con todo respeto, afirmo en este momento:

APOLO DEBE DE ESTAR RINDIÉNDOTE CULTO.

Thursday, June 29, 2006