Wednesday, April 23, 2008

El bicho de la chusma

“Jodida fisura tenés con ese tipo”. Pienso lo que me dijo, a veces me cuesta entenderla, aunque somos las dos uruguayas se nota que ella viene de cerca de Brasil y yo cerca de Argentina. Uruguay es chico.

“No, en realidad a vos también te busqué en Google unas cuantas veces”, le respondo.

Ella se queda pensando. “¿Te parece que los profesores nos googlearán?” a lo que, con los ojos abiertos, agrega: "eso me da miedo".

“Si yo fuera profesora lo haría”, le respondo. Ese bicho chusma está dentro de mí.

Sunday, April 20, 2008

El día que me sentí grande

Viajar a Montevideo para estudiar fue algo que asumí el día que nací: cuando fuera grande viviría en Montevideo y estudiaría en la universidad. Claro que iba a ser grande en mucho, mucho tiempo.

Sin darme cuenta arreglé de encontrarme con una amiga a medio camino entre mis estudios y los de ella. Entre la enfermería y la fotografía. Y seguimos caminando entre las calles sucias de Montevideo, entre las luces rojas, verdes y amarillas, sin saludar a nadie, cortando la conversación por el ruido.

De alguna forma me hice grande. Crecí, me volví lo suficientemente capaz como para estar en Montevideo, estudiando. Sentada en el living-comedor de otra amiga, nosotras cuatro hablando de las mismas tonterías de siempre, riéndonos de gente de antes, pensando en la que faltaba.

Éramos grandes. Y seguimos creciendo más, siendo un apoyo para la otra, haciendo de mamá en las noches de gripe, haciendo de hermana cuando había que pelear y estando presente en cada día del amigo. Crecimos todavía más. Hasta el punto de ser suficientes, de no necesitar a la otra. Hasta el punto de olvidar lo que fue, lo que fuimos y quisimos cambiar a un “lo que seremos” que afrontaremos sin la otra.

Los buenos amigos no son los de toda la vida”, voy a tomar las palabras de Magu, mirar las fotos viejas y sonreír, porque con ellas me di cuenta de que soy grande.
a
Emma
La foto es de hace muchos años, desde antes de saber qué queríamos ser cuando fuéramos grandes.

Friday, April 18, 2008

Desconfío


“Confiá en tu historia”, me dijo el profesor. Sonreí ante la ironía y volví la vista a la computadora. Confiar en la historia es lo mínimo. Tal vez, si hubiera confiado en otras cosas las desilusiones ahora serían menores.

Pero no puedo, porque algo huele mal. Las palabras, los gestos y el llanto no me salen y no es porque sea un témpano de hielo. Contar mis secretos, abrir mi mente a otras personas, hacerlos partícipes del yo. No puedo. Y todas mis historias me resultan huecas, porque no me saco, no me muestro. ¿Soy una mentira?

¿Existen los amores imposibles?, me preguntan. A la respuesta no la dudo: Sí. ¿Por ejemplo? No lo sé. “Confiá en tu historia”, me dice. No puedo. No la siento, no es mía. Es hueca, parece escrita por una estúpida y me da vergüenza que ese texto tenga mi nombre. ¿Cómo le digo? No le digo, miro a la pantalla y sonrío.

Que diga lo que quiera, cuando quiera, en frente de quien quiera. Una de esas profesoras que no se borran más, las que marcan por las lecciones de vida, me retó frente a toda la clase. Ella también me pidió que confiara. ¿En qué? En mí. “Todo es tuyo, sin fisuras. Las estrellas son posibles”, me escribió.

Vuelvo a mirar mi historia. “Y, por último, el amor. De cualquier clase, a quien quieras. Correspondido o no, traicionado, amorfo, desequilibrado, rompepelotas, ruin, dramático. Es la única manera de salir de la mierda”. En eso sí confío: en el amor, en el imposible que no puedo ejemplificar, en las heridas abiertas que no van a cicatrizar, en la falta de respeto, en lo poco que pude hacer. Confío en que siempre puedo un poco más. ¿Y la próxima vez? Lo haré mejor. ¿Y si caigo? Entonces sabré como levantarme.

Pero aún desconfío, de otra forma no pensaría en la caída.

Emma.

Sunday, April 13, 2008

El salvavidas


Se llega a una situación donde el barco se aleja, la marea crece. Se rompe el mástil, la brújula. La marea sigue subiendo. Mirar a todos lados y sólo ver agua, sólo el gusto salado. Los brazos se cansan, las piernas se sienten pesadas. Todo cuesta el doble. Se deja de ver, se deja de oír. La nariz pica por la sal.

Y un salvavidas cae al lado. Manotazo de ahogado, que le llaman. Con las últimas fuerzas se toma el pedazo de goma que salva la vida. Un nuevo objetivo al que aferrarse, en el cual volcar todas las esperanzas.

El cuerpo comienza a flotar en el agua salada, se deja deslizar, arrastrar por el salvavidas. Se deja subir al barco, se deja vivir.


Emma.

Wednesday, April 09, 2008

Triple hecatombe


Las tres caras de la moneda. Aunque el mundo se dedicaba a decirme que tres era multitud, yo me empeñaba en que no, que podía ser que tres mujeres vivieran juntas sin sacar a flote su veneno femenino. Claro que me equivoqué. Otra vez tuve que plantar mi frente en el piso y pedir disculpas y decir tenían razón.

Es rara la forma en que nunca se termina de conocer a las personas. Para mi estábamos juntas con las peleas, los exámenes, el día del amigo y las noches de salida. Para ellas yo no estaba. ¿Y si realmente yo no estaba?

Como cuando toda relación se termina, hoy me siento sola frente a la computadora, sin tener a quién pasarle el mate y me repito en silencio: cada vez que lloramos juntas fue mentira.

Emma. Que ahora vive solita.

Saturday, April 05, 2008

Desde Atenas... o por ahí

"El cieguito de Tebas", leí. Y sonreí al entender el chiste.

Emma.

(El título es por cómo me tiene linkeada el Preso Crático)

Wednesday, April 02, 2008

Email de un alma destrozada a dos sin comprensión lectora

Con respecto a los amigos hay de dos tipos: 1. Los amigos. 2. Aquellos que se hacen llamar amigos.

Gurisas, sé que soy una patada en medio de donde más le duele a cada una. Quiero que sepan que trato de evitarlo, que muchas veces actúo por impulso o porque vengo mal de afuera y no me doy cuenta de que ustedes tal vez están metidas en otras cosas, que no les importa lo que tengo para decir o que estaban hablando de otro tema.

Una cosa que me está quemando, lo voy a decir como su fuera a AA: ME LLAMO KAKI Y ME FALTA LA CAPACIDAD DE PEDRIR AYUDA. Creo que hoy fue el primer día que hice algo para superarlo, porque fue la primera vez en mucho tiempo que pedí ayuda de corazón porque supe que no podía seguir llevando las cosas como antes, que mi pecho está por explotar y voy a terminar peleandome con todo el mundo por no poder llevar mi vida adelante, algo que no tendría que ser tan complicado.

Soy desequilibrada por naturaleza, pero mi balanza está a punto de romperse, por eso estoy cambiando de opinión tanto en tan poco tiempo. Sé que ustedes no lo saben, porque se queda en mi cabeza. Y eso es peor.Le hecho la culpa a la facultad que, aunque saben que voy a seguir (espero que a Sol le haya quedado claro con la conversación de hoy) tengo ganas de putearla hasta quedarme sin saliva. Sé que no serviría de nada, pero me sacaría la bronca acumulada.

Les juro que nada más quiero dormir y llorar. Quiero que se me pase todo para después tener fuerza y reirme. No sé cuando fue que hice el mayor quiebre, pero son cosas que vengo acumulando. En un par de semanas, cuando esté bien voy a pensar que fue una idiotez, pero ahora quiero decirles lo que me pasa y como no soy capaz de decirselos en la cara, les mando un mail.

Las quiero mucho y me alegro infinitamente que hayan superado sus diferencias y se lleven tan bien. Nos vemos mañana-



¿Fin de la historia? Aquellas que se hacían llamar amgias jamás respondieron. Y cuando volvieron a verse las caras argumentaron que no habían entendido nada. ¿Se nota tan poco que esta Kaki estaba mal y necesitaba ayuda?

La amistad entre mujeres cuesta.