Thursday, March 27, 2008

Vicios II



Querido diario:

Hoy compartí m&m por primera vez. Me libré del empacho. ¡Pero nunca más!

Emma.

Tuesday, March 25, 2008

Invitación al viaje


Mi tía Digna tiene 84 años (declarados). A los 80 fue por segunda vez a China y recorrió la muralla casi de punta a punta. Ahora quiere ir a Machu Pichu y hacer todo el camino del Inca, sacarse una foto en la puerta del sol y volver para contar el cuento.


Cualquiera que se ofresca a acompañarla, favor de avisar, porque nadie se anima.


Emma.

Thursday, March 20, 2008

Clase de historia en el omnibus


Conversación que mantenía la mujer que estaba sentada al lado mío en el omnibus con un fulano-de-tal por teléfono:


"Conozco un par de judíos que hacen que no me explique como fue que terminó el holocausto. Cada vez que hablo con ellos más me gusta Hitler".


El mundo es un lugar variado, sí.


Emma.

Monday, March 17, 2008

Deseo incontenible


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Ojalá quede embarazada.

De otro.


Emma (la vengativa).

Wednesday, March 12, 2008

Camino a la corona



Era una mujer hermosa, una amiga de su hija escribió: “El verso de La Fontaine podría alicársele especialmente: ‘Et la grace plus belle encore que la beauté”. (Cita, Las mujeres de la Revolución Francesa, Linda Kelly)

Fue arrestada cuando mandó una carta al Comité de Salud porque supo que su cuñada iba presa. Lo único que provocó fue que los revolucionarios pusieran los ojos sobre la propia Josefina. En la prisión Les Carmes ella se reencontró con su marido (hacía seis años que estaban separados). Allí mostró una gran falta de espíritu: lloraba todo el tiempo. Probablemente la ejecución de él fue lo que salvó su vida, porque al enterarse de eso ella tuvo su peor derrumbe, por lo que su juicio fue aplazado por falta de salud.

Robespierre (se podría llamar el Capo del Terror) calló pocos días después y Josefina quedó en libertad. Volvió a unas calles que se veían diferentes, donde se respiraba el final del Terror, el comienzo de una nueva vida, una nueva sociedad. La sangre derramada pretendía ser olvidada con bailes, teatros y nuevas modas. Con nada más que con lo puesto, sin tierras y con muchas deudas, Josefina logró ser la reina sin corona de la nueva Francia, junto con Teresa Carrabús (para ese momento Madame Tallien). Se abrazó de Barras, uno de los capos del directorio, rico y sin escrúpulos. Así siguió hasta que se casó con Napoleón Bonaparte. Y Barras atrajo a una nueva amante: Teresa.

Josefina veía un gran futuro en Napoleón. “Barras escribió que Josefina padecía un ansia insaciable de lujo y dinero. Su belleza ya estaba deteriorándose cuando conoció a Napoleón Bonaparte, todo lo debía al arte, tan calculado, refinado y perfecto como el que usaban en su profesión las prostitutas de Grecia o París” (Cita, Las mujeres de la Revolución Francesa, Linda Kelly)

Emma.



Fuente: Libro.
Las mujeres de la Revolución Francesa
Linda Nelly. VERGARA,
290 páginas