Wednesday, January 02, 2008

Patrimonio Nacional


En momentos de crisis cada persona se aferra al retazo de su personalidad más atractivo. Para algunos es carisma, otros son más inteligentes. Teresa de Cabarrus sobrevivió a la Revolución Francesa porque era una mujer hermosa, atrevida y sin reparos. Su mejor atractivo era su físico y lo utilizó para conservar la vida. Hija de un Conde, divorciada de un Marqués. Cuando el Terror llegó Teresa se encontró en un problema: era parte de la nobleza. La solución la mostró el espejo. Tenía la piel blanca, el cabello negro y cada parte de su cuerpo colocada perfectamente en su lugar. Todo en ella era lujo, calma y voluptuosidad. .
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Jean Tallien tenía un puesto de alto rango durante la Revolución fue enviado a Burdeos, dónde no tardó en encontrar compañía femenina: Teresa. Ambos se hicieron un favor, ella era hermosa y rica, él tenía poder y la protegía.

Pero el paraíso no duró para siempre, cuando la cabeza de Tallien comenzó a balancearse sobre su cuello Teresa fue encarcelada. Robespierre tenía a toda Francia bajo el poder de la guillotina, la única forma de que ambos se salvaran era con la caída de él.

En prisión, la suit de Teresa tenía un jergón lleno de pulgas, piojos y garrapatas, unas cuantas ratas que le hacían compañía y le roían los pies. Y su alimentación, balanceada, era de pan rancio y agua sucia.

Tallien planeaba la caída del tirano, pero parecía que el momento indicado no llegaba jamás. Hasta que Teresa le mandó una carta informándole que al otro día caminaría al cadalso. No olvidó detallar lo cobarde que era él al no hacer nada por derribar a quien mandaba terminar con su vida. Según la leyenda también mandó una daga con la carta.

Robespierre fue hundido en sesión y al otro día caminó a perder su cabeza. Tres días después salía Teresa de prisión, como una reina sin corona. Su amante la esperaba frente a todo el pueblo. A ojos del mundo, el amante que no podía soportar la imagen de su mujer caminando a perder la cabeza fue lo que sacó al Terror de la Revolución. El amor salvó a Francia.

Cuando la Revolución terminó Teresa era una de las mujeres más populares de Francia. Junto con Josefina (la futura Emperatriz) impusieron una moda que incluso hoy resulta atrevida, con escotes demasiado pronunciados y transparencias que dejaban nada a la imaginación. Teresa solía usar muchos accesorios en los pies también, para ocultar las cicatrices de las ratas mientras estuvo presa.
Pero su casamiento era una farsa. Cosechó docenas de amantes en todos lados, y sembró su apodo de Patrimonio Nacional.

Emma.

5 comments:

juan rafael said...

Interesante poner a una mujer de patrimonio nacional, y aquí ¿quién seria?¿la duguesa de alba? je,je.

(Damian!?) said...

la maquina perfecta de hacer politica, tien todo para rendir a un hombre,y tiene todo para rendir a una nacion, si fuese una galletita seria un paquete entero de duquesas, pero igual... flor de turra resulto ser! el poder el poder que lindo ver cuando la gente cae por el poder, y que lindo ver al vencedor creyendo que puede controlar dicho poder...

M.G.G. said...

Nunca se me hubiera ocurrido...
¿Cambiamos "la mujer florero" por "patrimonio nacional"?
Bueno, los cambios siempre son para bien ;)
"Feliz 2008"
Que tus mejores deseos se hagan realidad,
Besos recienestrenados

Emma said...

tenía que salvar su vida, no? El día que salió de la carcer cumplía 21 años. Tenía mi edad y la peor reputación.

Anonymous said...

Keep up the good work.