Tuesday, January 15, 2008

La casa en la playa


Toda las navidades de mi infancia las pasé en la casa de la playa de mis abuelos. Con una amiga a media vuelta y la plaza de deportes cruzando la calle. Mi tía jugaba al tenis y yo pateaba la pelota con mi hermano. El verano era el único momento del año que podía estar con mi primo. Él era peleador, malcriado y me pegaba. Pero, le tenía miedo al pasto (era de Montevideo), no había forma de que Bruno pisara el pasto cuando estaba descalzo. Entonces, cuando me corría para pegarme, yo ya sabía dónde meterme: al lado del enanito de jardín.

Mi tía Brenda (en realidad es amiga de mi mamá) vive a dos cuadras de la playa. Las olas eran bastante agitadas y como nos faltaba acción (nunca éramos menos de nueve menores) íbamos al arroyo lleno de cangrejos. Jugábamos carreras de espalda o probábamos a ver quien podía estar más tiempo nadando perrito. Si bien pisabas el fondo del arroyo, miles de cangrejos te llenaban el pie. Al principio hacían cosquillas, después la sensación era de pura desesperación.

Mis tíos abuelos postizos (ya he dicho que tengo más familia sin relación sanguínea que con relación) tienen una casa frente a la playa en un balneario tranquilo. Desde que tengo memoria vamos para allá a pasar el día, a cenar y a etc. La casa es grande y gente es algo que nunca falta. Están los dueños, los hijos, los nietos, sobrinos, amigos de estos o aquellos, nosotros, amigos nuestros. Problemas sociales no hay en la familia. Así se armaban grupos para jugar a la Conga con las cartas, el poli-ladron era más entretenido y los juegos de mesa dejaban de ser enemigos de días de lluvia.

Me crié escuchando los cuentos de mi madre y mis tías de cuando ellas eran jóvenes pasaban los veranos allí.

Bajábamos a la playa y la cantidad de niños siempre triplicaba a la de adultos. Un par de sombrillas, unas cuantas pelotas, baldes y palitas para los más chicos y a veces la soga para marcar hasta dónde nos podíamos bañar. Bajábamos llenos de tappers con el almuerzo, la comida para después del almuerzo, otro poco más para el gordito que siempre le daba hambre. Y en la conservadora, además de mucha agua, la leche con chocolate que íbamos a tomar en la tarde. La casa quedaba cruzando la calle, pero supongo que era una cuestión de comodidad.

Hoy volví a ir a la casa en la playa de mis tíos abuelos postizos. Como no podía ser de otra forma, los que marcábamos presencia en la playa éramos nosotros. Nunca somos menos de diez. Pero ya estamos todos grandes, adultos. Se acabaron los niños, los tapper y la leche chocolatada. No hay más castillos de arena ni se pierde el rastrillo. Todos comemos bizcochos, tomamos mate y hablamos de seguro social.
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Todos menos Emilio, que con su añito y medio respeta las líneas en la arena que hace su padre, que tiene la salida de baño con autitos. Jugaba en la arena, con Flor tirándole la pelota y Guille cebándonos mate y pensé: “la siguiente generación”.
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Emma.

12 comments:

Ex-periencia rubia y morocha said...

Que lindo ir en grandes grupos a la playa y ver a la siguiente generación hacer las mismas cosas que hacían los padres.
Una ternura

juan rafael said...

Para mi que tu generación fue mejor. Hay que darle a ese niño más prim@s, je,je.

Emma said...

Juan Rafael, ¡pobre nene! tenés razón: es el primero, el mayor. después viene el primito que tiene 20 días. y espero no ser otra que meta nenes en "la siguiente generación"

Roky Rokoon said...

yo fui cambiando todo el tiempo, pasando x diferentes grupos, pero me hubiera gustado una tradicion familiar que nunca tuve

Equi said...

Cuantos recuerdos niña, me hizo poner nostalgico por que yo tambien ya le di paso a la otra generacion, aunque todavia no haya colaborado en su crecimiento, el cambio de la chocolatada por el mate es una tremenda verdad!!
Lo de los cangrejos horrible, yo me hubiera ahogado en un ataque de histeria jaja.
Muy buen post!!!

chav chav

Emma said...

YO TAMPOCO HE METIDO NIÑOS EN EL MUNDO. Y ESPERO QUE PASE mucho TIEMPO ANTES DE QUE LO HAGA.

Jok€r said...

lindo retrato de la familia, todas las generaciones tiene lo suyo... me gusto mucho la foto de manray, no la habia notado un beso!

M.G.G. said...

Q lindo!
Eres una buena narradora ;)
Y por cierto, digo lo mismo que juan rafael: a ese niño hay que darle primitos
jajajjajjajaj

Ava G. said...

veo que vos también le sacaste una foto a la fuente de la plaza matriz.

Si, mi reina said...

Siempre es un placer leerte.Me trajistes muy buenos recuerdos, pero los mios son de un arroyo mas bien al norte.Por lo que decis me suena que tus veranos fueron cerca de Parque del Plata,no?.Suposiciones mias sino....
Me da mucho sentimiento leerte porque yo tbn me "crie" con mis 2 primas y hno y si habra anecdotas para contar!
un abrazo

Emma said...

Reina, mis vacaciones las pasé toda la vida a media cuadra de mi casa, donde está la playa. Después paseo por todas las playas del país -mi flia. está toda desparramada -y la casa que cuento queda en uno de los cuantos balnearios más hermosos del mundo -porque sí, porque creí allí -en Colonia también.

Si, mi reina said...

Asi que vives en Colonia?