Monday, December 31, 2007

2008. Acá y en la China



Mi mamá toda la vida me dijo que ciertas cosas pasaban “hasta en la China”. Lo tomaba como esos dichos que se dicen desde siempre pero nadie sabe lo que quieren decir. Hasta que comprobé que era verdad.

Volvía de un baile a media noche. Las calles vacías, hacía frío, estaba cansada y las sandalias me habían desarmado los pies. Mi amigo Hubert (que es su nombre artístico, porque el verdadero: CHEO QUE ZANG no tengo idea de cómo se pronuncia) se ofreció acompañarme a casa.

“Mi madre siempre me decía que estudiara, porque si no, no iba a llegar a ningún lado” qué irónico, pensaba yo, la mía siempre me dijo lo mismo. “… mi madre siempre dijo que cuanto más preparado esté, mejor voy a poder afrontar las cosas…”, la mía también, le decía yo. Y cada cosa que su madre le había dicho, la mía me lo había dicho a mi.

Así que hay cosas que pasan acá y en China después de todo. El año cambia acá y allá también. Con festejos diferentes, todos recibimos otro año llenos de esperanza de que sea mejor del que se va. Esperamos las 12, descorchamos el champagne y brindamos por lo que se va y por lo que viene.

Descorcho con ustedes, festejo por quien fue golpeado por el corcho, y brindo.


FELIZ 2008. SALUD, DINERO Y AMOR PARA TODOS.

Thursday, December 27, 2007

El príncipe azul (que se destiñe en el primer lavado). Final

Desde que somos niñas nos enseñan que El príncipe azul es un ser maravilloso, que nos va a hacer sentir hermosas, queridas, cuidadas y valiosas. De cierta forma El príncipe azul está al final de camino: Cenicienta termina cuando se casan, Blanca Nieves cuando él la despierta, La Sirenita cuando se casan. El Príncipe azul es el final del camino de la mujer. Es todo lo que quiere alcanzar. Hasta que lo hace.



Historias hay miles, escritas, sin escribir, que pasan de ser percibidas y las que todavía no han pasado. El príncipe azul es ese ser imaginario que nos mantiene expectantes toda la vida esperando a que llegue a nuestras vidas. Y cuando lo hace, no podemos hacer más que aceptar que es un ser humano, con defectos y virtudes. Con conflictos y fortaleza con límite.

Alguna otra historia surgirá sobre los impostores que se destiñen. Como decía la mamá de Tati: hay que probar para saber lo que le gusta a una. Y es cierto, a veces, para saber lo que conviene hay que sufrir y saber qué errores no volver a cometer.

Emma.

Tuesday, December 25, 2007

El príncipe azul (que se destiñe en el primer lavado) III

Desde que somos niñas nos enseñan que El príncipe azul es un ser maravilloso, que nos va a hacer sentir hermosas, queridas, cuidadas y valiosas. De cierta forma El príncipe azul está al final de camino: Cenicienta termina cuando se casan, Blanca Nieves cuando él la despierta, La Sirenita cuando se casan. El Príncipe azul es el final del camino de la mujer. Es todo lo que quiere alcanzar. Hasta que lo hace.

Caso 3: Diego

Esta historia no es como las otras dos, pero hizo que quisiera arrancarle los pelos a mi amiga ambién.

Teníamos dieseis años y Sil estaba convencida de que Gastón era el amor de su vida. No importaba que fuera más bajo ni que sólo la quisiera como amiga. Ella estaba convencida de que en algún momento él se daría cuenta de que eran el uno para el otro y tendrían un montón de hijitos juntos.

Sábado de noche. Quedamos de vestirnos en casa para salir. Y ella apareció con un bolso lleno de ropa porque no se decidía: no sabía qué le iba a gustar más a Gastón. Además, se iba a quedar en casa. Después de la ropa el maquillaje, después qué se hacía en el pelo, después, después, después. Y cuando quedó pronta según ella pensaba que le iba a gustar a Gastón salimos.

Gastón no salió. Diego sí. Y cuando volví a casa, después de pasar toda la noche sin saber dónde estaba Sil (ni Diego) supe que iba a tener que morderme la lengua o perder la paciencia (y a una amiga).

“¿Por qué?” me pregunté “¿Por qué jodió tanto con Gastón si iba a ceder tan fácil con Diego?”.

Entró a casa y con una sonrisa tímida dijo: “Nos arreglamos”. Lo único que pude hacer fue pararme e irme a dormir.





Emma.

(Cambié los nombres)

Friday, December 21, 2007

El príncipe azul (que se destiñe en el primer lavado) II

Desde que somos niñas nos enseñan que El príncipe azul es un ser maravilloso, que nos va a hacer sentir hermosas, queridas, cuidadas y valiosas. De cierta forma El príncipe azul está al final de camino: Cenicienta termina cuando se casan, Blanca Nieves cuando él la despierta, La Sirenita cuando se casan. El Príncipe azul es el final del camino de la mujer. Es todo lo que quiere alcanzar. Hasta que lo hace.

Caso 2: Gustavo

Cuando teníamos catorce años a unas cuantas amigas mías se les dio por fijarse en los más grandes. A esa altura, no sé porqué, los que tenían dieciocho eran viejos para mí. No podía con la diferencia de edad, pero mis amigas no pensaban igual. Así es como Luli conoció a Gustavo: porque él era amigo del novio de Tam.

Le encantaba que le dijera que era mucho más madura que el resto de nostras, que se notaba que era más inteligente y que no entendía cómo podía ser que una chica como ella fuera amiga de nosotras. A esa altura cada vez que nos nombraban a Gustavo una diferente lanzaba la lengua al diablo.

Luli cayó encantada con todas las mentiras, porque no había forma de pensar que ella era más madura que nadie, incluso nos costó entender cómo era que no se daba cuenta. Pero no se dio cuenta. Ahí hay una prueba de su madurez.

Dedicaba sus fines de semana a dar vueltas por el centro con él y esquivarnos a nostras. Como es una de las más chicas de la barra, nosotras éramos testigos de las buenas noches que él le decía cuando la llevaba a la casa y de la otra que tenía en el baile.

Una de las amigas fue y le dijo lo que estaba pasando. Se quedó sin amiga. Después se arriesgó otra. Pasó lo mismo. Seguimos tratando, fracasando una y otra vez hasta que llegó el colmo.

La noche del colmo: ella fue al baile con él, como ya era costumbre para aquel momento. Le dio un beso, la dejó bailando con nostras. Y se fue con la otra. Ella se enojó con nosotras.

Mucha suerte, que seas feliz. Nos dimos por vencidas. Ya sabíamos que en algún momento iba a llegar con el rabo entre las patas y entendiendo que no la queríamos ver sufrir.

Emma.

Tuesday, December 18, 2007

Gritando al galope III


Me molesta que me pueda de la forma en que lo hace. Me molesta tener que pensar cada movimiento para no caer en la (maldita) tentación de mirarlo otra vez. Detesto que siempre tenga qué decir, detesto que sea tan extrovertido que siempre consigue con quién hablar, nunca se siente fuera de lugar, nunca queda mal parado.

Sabe como arreglar la macana más inmensa simplemente no mandándose ninguna. Y esa macana soy yo. La que no lo puede evitar soy yo, la que tiene que pensar palabras inteligentes, movimientos prudentes y frases que no se salgan de lugar siempre soy yo. La atropellada, imprudente e histérica yo.

Mi cabeza fue en proceso de bola de nieve y creció y creció hasta que se convirtió en algo incontrolable. Hasta que dejé de ser racional, de entender razones. Y lo odio por eso. Lo odio a él que me dejó las cosas desde el primer momento, a él que hace lo posible por arruinarse su vida. Lo odio por no querer ser tan imprudente como yo, loco, atropellado, como yo. Por no querer mandar el mundo al carajo por algo sin futuro y lleno de réplicas.

Con la ilusión perdida de no luchar por nada que mañana no valga la pena.
Emma.

Monday, December 17, 2007

Buscando el futuro


Nació en Estados Unidos por accidente. Embarazada de siete meses su mamá viajó a visitar a una prima que acababa de ser operada de la cadera cuando Esaú decidió que ya quería cambiar de ambiente. Como todo niño prematuro necesitó de cuidados especiales, por lo que sus primeros meses de vida también fueron del otro lado de la frontera. Y las primeras palabras que escuchó fueron en perfecto spanglish.

Mexicano, de todas formas. Su vida la hizo como latino viviendo en algún lugar del norte de México. Creció mirando su caja preciada a la que el resto del mundo llama televisión. Le gustaban las películas comerciales, con edición simple y sin trama trascendental para la vida.

Director de cine. Eso era lo que quería ser. Llegado el momento se dio cuenta de que le iría mejor usando la nacionalidad que le habían otorgado por accidente. Con quince años se fue a vivir con su tía (la de la cadera quebrada). Y con quince años se desilusionó de todo lo que había esperado recibir y no le llegó.

Luchó contra la depresión y la necesidad de tener a su familia y amigos cerca. Luchó contra el idioma, el clima tan diferente y contra la posición de algunas personas que no lo aceptaban por ser latino. Él quería ser director de cine y eso era todo lo que importaba.
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Ahora. Esaú estudia cine en la Universidad de Michigan. Nuevos amigos, nuevos prejuicios y el mismo clima podrido de siempre. No importa, las clases están buenas y la cámara va con él a todos lados.
Emma- futura colega.

Sunday, December 16, 2007

Ello y yo



Mi inconciente me está jugando una mala pasada y cuando se despierta mi ello, los sueños que no se van a cumplir aparecen.
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Caminando por una calle que conozco desde hace tiempo, con el pelo recogido y toda la seguridad que tenía en aquel momento desplegada en mis movimientos. Tres hombres con cara de niños, rubios, entran a un bar. Siento que es imposible que eso esté pasando, los tres están lejos, desperdigados por el mundo, haciendo sus vidas diferente a como la planeamos una vez, igual que yo. El alto y flaco es el finlandés, el petizo y retacón es el alemán y el otro, el bonito, es el noruego.

Entro al bar y sigo al noruego. Nos miramos y, sin miedo al choque cultural, me tiro arriba de él para abrazarlo con fuerza. Y en lo posible no volver a soltarlo. Está diferente: más grande y ojeroso, pero la cara de superado y la postura de “me llevo el mundo por delante” no lo abandona. Seguridad y Noruega ante todo.


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Me desperté llorando, con frío y haciendo fuerza para seguir viéndolo un minuto más. Qué ironía, la persona con la que menos me llevaba, la que no me importaba si estaba o no, ahora es a la que más quiero ver.



El Sargento Lockert. ¡Enemigos temblad!

Thursday, December 13, 2007

El arte que ilumina nuestras vidas



Magritte y sus manzanas

El último tirón. Así nos ponemos vanguardistas.
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Mi imitación de Mondrian. Se supone que el Neoplasticismo era una corriente pacífica. No veo paz acá.
"El grito"
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Emma.

Thursday, December 06, 2007

El príncipe azul (que se destiñe en el primer lavado)

Para Male

Desde que somos niñas nos enseñan que El príncipe azul es un ser maravilloso, que nos va a hacer sentir hermosas, queridas, cuidadas y valiosas. De cierta forma El príncipe azul está al final de camino: Cenicienta termina cuando se casan, Blanca Nieves cuando él la despierta, La Sirenita cuando se casan. En ningún momento de las películas vemos cómo se pelean porque ella no cocina rico o porque él sigue saliendo los sábados con los amigos.

El Príncipe azul es el final del camino de la mujer. Es todo lo que quiere
alcanzar. Hasta que lo hace.

Mi amiga Male es generosa, le gusta bailar y dos por tres se quiere poco. No se aprecia y siente que vale la pena si otra persona lo piensa así. Entonces suele contar mucho más de lo necesario en algunos aspectos y poco de lo que realmente tiene que sacarse de adentro. Cree demasiado en las palabras y, según ella, el viento no se las lleva. Pero la experiencia siempre le demuestra lo contrario.

Caso 1: Álvaro
Este loco es (no se me ocurre otra forma de ponerlo) el tal macho. Alto, grande, morocho y de ojos claros. En algún momento de su vida se agarró fama y, como pasa en toda ciudad chica, no se le fue.

Cuando empezó a perseguir a Male, ella estaba entre encantada y hechizada por él, por las palabras dulces y los mensajitos tiernos. En ningún momento pensó en desconfiar de nada, porque ella no es desconfiada y no ve maldad en nadie.

Todo era amor los primeros días. Pero el fantasma de la ex se materializó y cuando Male quiso acordar, él la estaba cortando por teléfono.

Todos se merecen una segunda oportunidad, entonces cuando él volvió con el rabo entre las piernas (y sin ex para hacerle sombra a nadie), Male lo perdonó y empezaron otra vez. Las vueltitas en el centro para que todos los vieran, los viajes a la playa, las palabras bonitas. Y esta vez la tecnología lo superó y la dejó por mensaje de texto.

Pero llegado el momento ella sintió que la tercera podía ser la vencida, entonces después de dos frases bonitas por parte de él, ella me volvió a contar la feliz noticia de que estaba saliendo con Álvaro. Describía sin excluir detalle lo bien que se sentía conversando con él, como parecía que se conocían de toda la vida, etc., etc. Hasta que él la dejó por MSN.

Hicieron falta las tres veces para que Male se diera (realmente) cuenta de que él no la iba a hacer sentir nada más que desgraciada, despreciada y poco útil.

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Continuará...
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Emma.

Wednesday, December 05, 2007

Vicios

– ¡No me digas que es un diario íntimo!
La miro y casi al borde de la vergüenza y admito que sí. Me apronto para recibir todo tipo de risas y palabras burlonas.
– ¡Yo tengo diario íntimo desde los ocho años!
Ay, una de las mías. A partir de ese momento la mujer de la librería pasó a ser vista con otros ojos por mí.


Emma.

Sunday, December 02, 2007

En busca de la voluntad



El verano está en la puerta. La playa, los paradores, la cerveza a media tarde. Y la maya. Y la modelo que está en todas las revistas con ese traje de baño espectacular que queremos. A toda costa, queremos ese traje de baño. Rompemos la chanchita, sacamos hasta la última moneda, corremos a la tienda. Y cuando nos vemos con la maya decidimos que es hora de ponernos a dieta.

Por nuestra salud, porque comer bien es sentirse bien. Por la maya, para que quede mejor. Por el espejo, para no romperlo la próxima vez. Etc., porque no se nos ocurren más razones.

Cereales, salvado, mucha fruta, mucho líquido. Hasta que se nos cruza el alfajor triple con mucho chocolate y relleno de merengue por adelante. Hasta que nos invitan a cenar y nos llevan a un lugar donde NO SE PUEDE PEDIR ENSALADA. Hasta que decidimos que la lechuga es comida de pajaritos y no somos conejos para comer zanahoria.

Entonces entramos en paz con nosotras mismas, somos como somos y todo lo que tenemos lo conseguimos de esa manera, no hace falta ser otra cosa, bla, bla, bla.

Hasta que nos volvemos a poner el traje de baño.
Emma.

Saturday, December 01, 2007

Grito desesperado


¡VERANOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!
¿DÓNDE ESTÁAAAAAAAAAAAAAAAAAAS?