
Muchas veces lo que sucede con narices poco educadas (supongamos nariz de sujeto femenino: Emma) es que el olor representa una cosa, pero cuando se prueba el vino, el gusto no da en el tono con lo que se esperaba del sabor. Defrauda. Se mira el envase y se piensa “¿qué falló?” colores bonitos, publicidad fantástica, buenos comentarios. Pero el resultado fue catastrófico. Al final, un racimo de uvas para quitar el mal gusto.
Ahí está, otra relación perdida. ¿Mal olfato o terrible gusto?
Emma
3 comments:
Definitivamente mal vino.
Hoy todavía tengo los efectos del vino de ayer compartido con amigos. Ja, ja, sonrío por cualquier cosa.
Yo creo que es la publicidad, demasiada publicidad. Te vendieron gato por liebre
si no. definitivamente no es que tengo mal gusto. gracias, me sacan de un apuro!!
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