“Perro. Pero de esos perros que te dan ganas de ser una perra”
Con el brazo tenso revuelve el café mientras critica escupiendo las palabras con fuerza. De pasada al living le pregunto si está todo bien. Me sonríe con sarcasmo y me dice que sí mientras sacude la taza con gracia.
“Perro” escucho cuando me siento en el sillón.
Hombres. Mejor con ellos que sin ellos, pero dos por tres aparece la excepción que rompe la regla.
“Está bueno que sean perros, así le podés enseñar truquitos”
Emma.
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