Tuesday, May 19, 2009

Tareas poco productivas


Lo que más me gusta del frío son esos pocos momentos en los que puedo desparramarme en el sillón de la casa de mis padres y perder horas haciendo cosas poco productivas, como dejar que el fuego me hipnotice o mirar la mancha de humedad sobre la puerta. Café caliente en la mesita y una frazada.

Pero hay veces que es diferente. No pierdo el tiempo, sino que lo invierto. Miro películas, canto (horrible) con Judy Garland y dejo que Greta Garbo me haga llorar. Los libros buenos (y otros que no lo son tanto) me atrapan, me llevan a otro mundo. Camino por la muralla China con Kapuscinski, difiero como Bruno y Michel, y espero, paciente, como Ann Elliot.

El mundo pasa y yo lo analizo debajo de mi frazada. Analizo demasiado, quizás. Cuando no consigo las respuestas, las invento y surge una nueva historia. Otra manera de asustar a mis amigos, otra razón para saber que mi cabeza está en las nubes, que lucho por dejar los pies en la tierra.

Es difícil dejarse volar cuando al lado hay personas enterradas. No está bueno ser una soñadora cuando la física demuestra la posibilidad o imposibilidad de las cosas. Tal vez sea cierto que la matemática lo prueba todo, pero no necesito todas las respuestas, sino ¿qué espacio queda para la imaginación? ¿Dónde entra la mentira?

2 comments:

juan rafael said...

Si no se sueña, se muere.

Emma said...

justo! gracias.