Tuesday, June 09, 2009

Sobre la política

Sobre la izquierda

Se denomina izquierda porque los que se identificaban con estos ideales estaban sentados a la izquierda en el parlamento de la República francesa (durante la revolución). En teoría todas estas ideas me parecen buenas. Me encantan las ideas de igualdad tanto política, social como económicamente. Lo que las teorías de izquierda pasan por alto es que el ser humano no es como los demás animales: todos tienen necesidades y deseos diferentes, entonces buscan formas distintas de cumplirlos. Si bien el fin último de todos es ser felices, esa felicidad representa diferentes cosas para cada uno. Eso es lo que las teorías de izquierda no contemplan. Y, básicamente, por eso no estoy de acuerdo.

Además, en un momento fuimos todos iguales. Al principio de la historia ningún hombre o “pre-hombre” tenía nada. Y, básicamente, la monarquía en su primera instancia se basaba en el respeto y en que cada cual haga lo que le toca, sin embargo, hoy es muy criticado. No era perfecto, por supuesto, pero nada de lo que haga el hombre puede serlo, porque el hombre es un ser imperfecto. Algunas cosas se pueden acercar o alejar a esa perfección, pero nada más.

Sobre la monarquía

Entonces, la monarquía en su primer momento con sus 3 estados: el clero, no podía faltar. La nobleza lo que hacía era defender su territorio. Cada noble tenía algo a su cuidado, por ejemplo, los marqueses dividían territorios. Ellos eran los que peleaban en las guerras y defendían a sus siervos. Ese Tercer estado gozaba de la seguridad del noble, la cual pagaba con trabajo.

Mentira que no se podía cambiar de clase social. Era difícil, mucho más difícil que hoy. Un siervo no podía ser noble. Pero su hijo podía ser caballero, si era uno muy bueno incluso podía ser nombrado “baronet” y comenzar a integrar la nobleza, porque ese es un título heredable, el más bajo, pero nobiliario al fin.

Sobre las revoluciones

Lo del Rey como colocado por Dios fueron locuras de Luis XIV que a muchos se les dio por seguir. Y así terminaron: en revolución. Todo lo que la monarquía había conseguido en XVIII siglos, desapareció en uno. Con Madame le guillotine de la mano, los ciudadanos hicieron correr a todos los perfumados franceses a Inglaterra. Los que conservaban la cabeza.


Sobre la Madre Rusia y los hermanos de la patria franceses

Pueden agradecerle los rusos a Catalina II todo su territorio. Después vengan los machistas a dar perorata: ella conquistó con tratados y guerras más que cualquier otro Zar antes. Y ni siquiera era rusa de nacimiento.

Ahora, la revolución rusa me encanta. Al igual que la francesa. No me hallo en el pensamiento político de ninguna de las dos. Sin embargo, la cantidad de sangre derramada en la francesa capta mi atención. Y la rusa me encanta porque me sorprende de qué forma estas personas fueron capaces de salir de algo malo para meterse en algo peor (la URSS). Y luego salieron de la URSS, ¡para estar igual de perdidos!

Las dos revoluciones comenzaron de la misma forma: con la banca rota. En una se culpa a María Antonieta, en la otra a Alexandra. ¿Será o la historia estaba escrita por hombres? Desde tiempos ancestrales las mujeres nos quedamos con la peor parte: Pandora abre la caja que trae todos los males al mundo y Eva tienta a Adán para que pruebe la manzana.

Una terminó con Lenin y su plan para el desarrollo. Luego dos más, luego Stalin que llevó a la URSS a ser potencia mundial a causa del hambre de su pueblo, luego Kruschev, que fue más humanista pero casi funde el Imperio. La otra con el Directorio, luego con Napoleón, luego que sacaron a Napoleón, él volvió, y lo volvieron a sacar.

Sobre el Imperio donde nunca se pone el sol

A todo esto, me gustaría resaltar la inteligencia de Su majestad Inglaterra. Los puntuales, astutos y traicioner

os ingleses que gobernaron la mitad del mundo hasta que su hijo, Estados Unidos, lo destronó. Gobernaron el mundo con perfil bajo. Después de todo, cuando se nombra a los locos que trataron de conquistar el mundo, los que se llevan el genérico son: Hitler (primero porque lo intentó hace menos tiempo) y Napoleón. Alejandro Magno y Julio César no se cuenta porque a esta altura son grandes héroes de la historia antigua. Sin embargo, Inglaterra, jugando de callado, se ganó al mundo. Un ejemplo claro es que gracias a ellos debemos nuestra independencia: un país pequeño, insignificante para la historia de esta potencia ganó su nombre gracias a los intereses económicos de Inglaterra.

Su antiguo régimen monárquico se actualizó cuando fue necesario: la revolución silenciosa y sin sangre, para contrarrestar con los del otro lado del Canal de la Mancha. Su reina figura y una familia real que es farándula para algunas revistas. Y, cuando fue necesario, los anti-monárquicos llegaron al poder.

¿Todos contentos? Por supuesto que no. Qué mundo tan aburrido tendríamos si todos estuviéramos de acuerdo.

2 comments:

juan rafael said...

Muy buena lección, lo que no sé es porque nunca estamos todos contentos y porque tenemos que quejarnos siempre.
Sí, bueno, ya sé: está reflejado en la Constitución.

Emma said...

No creo que la Constitución tenga tanto poder.