
Escuchamos a otras mujeres criticarnos y nos da igual, porque sabemos que después lo vamos a hacer nosotras con ellas. Vamos a encontrarnos con la ex de nuestros ex y jugar a que somos amigas. Después, nos vamos a reír de ellas.
Se debe tomar como virtud el hecho de que sabemos que es lo que sucede con nuestro sexo: sabemos criticar y dejar que nos critíquen. Incluso podemos escuchar como critican nuestras amigas y hacernos las mujeres revolucionarias y decirles que no sean tan malas.
Sabemos lo que hacemos y podemos vivir con eso. La próxima vez que un hombre me diga “Dan asco las mujeres: siempre se critícan entre sí” voy a responderle que es mentira que entre ellos no se critican.
Es cierto que no se compara ni la cantidad ni la calidad de la crítica (en ambos casos las mujeres los superamos) pero es una gran y absurda mentira afirmar que ellos sólo critican al sexo femenino y entre ellos todos se quieren y se apoyan. Al menos nosotras aceptamos lo que hacemos.